¿Qué ha sido lo más difícil de ser papá?
Unos responderán que lo más complicado ha sido recibir al recién nacido en brazos, con el temor de que se caiga. Otros dirán que lo más difícil son los berrinches de los pequeños cuando no quieren comer, bañarse o dormir.
Sin duda, para otros lo más extremo es la etapa de la adolescencia y unos cuantos también dirán que lo más triste es verlos partir para cumplir sus sueños.
Sin embargo, en este día se pretende resaltar la importancia de la figura paterna en la vida de las personas, destacando su rol en la integración, más que las dificultades que han atravesado.
Ser papá hoy en día
Los índices de violencia y delincuencia en nuestro país han superado los valores promedio de la región. Los profesionales coinciden en que una de las soluciones para reparar nuestra sociedad es volver la vista a la familia.
En la actualidad, la nueva generación de padres, a diferencia de los padres de antes, asumen con mayor claridad su corresponsabilidad en el hogar. Los padres ‘millenials’ entienden de mejor manera que cocinar, cambiar pañales, hacer las actividades escolares, llevar a los niños al médico también son sus tareas.
Según explica Teresa Barrezueta, Psicóloga Infantil, el padre es pieza clave en la familia y en el desarrollo de los hijos, “una figura de apoyo y seguridad que permite que los niños adquieran mayor autonomía e independencia”.
Una crianza desde la disciplina positiva, el marcar límites y la presencia del padre durante el crecimiento es fundamental. “La regulación emocional y la enseñanza de herramientas para la vida no es responsabilidad solo de la madre, también es del padre y más aún hoy en día”, explica la Psicóloga.
Consejos de crianza
La especialista en neuropsicología infantil, Daniela Barzallo, nos brinda algunos consejos que se pueden aplicar durante la crianza:
- El ejemplo vale más que mil sermones: desde muy pequeños, los niños tienden a imitar todas nuestras conductas, buenas y malas.
- No sobreporteger: dejarlos explorar el mundo y si se equivocan, el padre debe estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente, pero con límites.
- Reconocer nuestros errores: tenemos derecho a equivocarnos y eso no significa que seamos malos padres. Lo importante es reconocer el error y usarlo como fuente de aprendizaje.
- Establecer límites sin amenazas: establecer normas claras y coherentes, explicarles las consecuencias de sus actos y explicar que sus sentimientos no son el problema, pero sí las malas conductas.
- Buena comunicación: utilizar palabras adecuadas, no hablar muy rápido, hacerles preguntas y demostrarles que su opinión es importante.
- Respetar sus emociones: su mundo emocional es igual o más complejo que el nuestro, por eso conviene dar importancia a sus emociones y ser conscientes de ellas.
- No comparar ni generalizar: evite usar frases como “aprende de tu hermano”, “sé como tu prima/o”. Evite usar frases que menosprecien al niño.
- Reforzar las cosas buenas: reconoce sus logros, dígale que “está guapo”, evite expresiones como “tonto” o “malo”.
“La paternidad es un don” asegura Barrezueta, porque no cualquiera puede ser papá, “cosecharán muchos frutos y después de los años se verá si se hicieron bien las cosas”, asegura.