Los nuevos escenarios de las tecnologías, que son previsibles, van más allá de la utilización de las herramientas tecnológicas y sus aplicaciones. Las competencias digitales son respuestas, entre otras, de cara a la innovación.
La misión de los profesionales de la educación ha migrado, por obra y gracia de las tecnologías de información y comunicación, de modelos tradicionales de enseñanza-aprendizaje a las aulas virtuales mediante el uso de plataformas, aplicaciones y sistemas no presenciales.
Estos cambios son cualitativos, más aún si los estudiantes ya manejan en la cotidianidad los recursos digitales, como celulares, computadoras, videojuegos y otros. Ponerse al día, por lo tanto, es un reto constante de los maestros, a través del aprendizaje de competencias digitales para optar por la innovación.
Las competencias pedagógicas
Algunos profesores deben actualizarse en el tema de las competencias pedagógicas, para luego optar por las competencias digitales.
Para poder apropiarse del concepto pedagógico de competencias, revisamos las diferentes acepciones del término. Se usa competencias en múltiples sentidos:
- Como la cualidad de competente de un profesional por su aptitud e idoneidad, en las competencias deportivas (rivalizar con).
- Como la atribución legítima de un juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto, entre otras.
- Debe precisarse que existen el sustantivo competencia y el adjetivo competente (experto, apto).
La evolución del concepto de la competencia en la educación es interesante: la competencia originalmente surgió de los planteamientos de Noam Chomsky, quien, en 1957, propuso la competencia como el acervo cognoscitivo que de una lengua posee el hablante – oyente ideal. Más tarde, con las contribuciones de la psicología cognitiva (Jean Piaget), se produjo la apropiación del concepto de competencia desde los enfoques lingüístico y sociolingüístico.
Nacieron así las competencias cognitivas, que fueron reforzadas por Lev Vigotsky (1979), creador de la psicología histórico-cultural, que plantea el desarrollo cognitivo a partir del contacto con el mundo social para luego pasar a internalizarse. La teoría de Vigotsky rescata la importancia del carácter social e histórico del aprendizaje, a partir de la apropiación de los elementos culturales que realiza el sujeto.
Benjamín Bloom, por su parte, diseñó una taxonomía que sirve de base de la formación integral por competencias cuando propuso tres objetivos en la educación: el desarrollo cognitivo, afectivo y psicomotor de un ser que piensa, siente y actúa, lo cual permite reflexionar acerca de la importancia de la formación y evaluación integral, según estos tres criterios.
En este rápido repaso, es válido mencionar la teoría de las múltiples inteligencias de Howard Gardner, quien pluraliza el concepto tradicional de inteligencia, plasma la importancia de la capacidad o disposición de una persona para dar solución a problemas reales y para producir nuevos conocimientos. De este modo, el concepto y praxis de competencia están inmersos en el desarrollo y manifestación de las diferentes inteligencias, por medio de habilidades, tareas y valores.
¿Qué es competencia?
- “La competencia es un saber hacer o conocimiento implícito en el campo del actuar humano, una acción situada que se define en relación con determinados instrumentos mediadores”. (Icfes, 1998)
- “Conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para ejercer su propia actividad laboral, resuelve los problemas de forma autónoma y creativa, y está capacitado para actuar en su entorno laboral y en la organización del trabajo”. (Bunk, 1994)
- “Representación de combinación de atributos –con respecto al conocimiento y sus aplicaciones, aptitudes, destrezas y responsabilidades- que describen el nivel o grado de suficiencia con que una persona es capaz de desempeñarlos” (González y Wagenaar, 2003)
- El proyecto Tuning Educational Structures, define la competencia como “una combinación dinámica de atributos, en relación a procedimientos, habilidades, actitudes y responsabilidades, que describen los encargados del aprendizaje de un programa educativo o lo que los alumnos son capaces de demostrar al final de un proceso educativo”.
‘Competencia –en la educación superior- es una actuación integral, centrada en el estudiante, resultado de la identificación de problemas y la aplicación con eficiencia y compromiso ético, de los saberes (saber, ser, saber hacer y saber convivir), en un contexto dado’. (Tobón, 2010)
Las competencias digitales
“En el libro “La competencia digital en la docencia universitaria” (Fernández et al., 2019) se hace hincapié en la necesidad de innovar la práctica docente, a través del desarrollo de planes y programas de estudio bajo un enfoque por competencias en el que se ven integradas de forma inevitable las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y las tecnologías del aprendizaje y del conocimiento (TAC)”.
“También se habla de una necesidad de formación docente en la competencia digital y sus aplicaciones con fines pedagógicos para el campo de la docencia. Por su parte, Sánchez et al. (2019) hace una reflexión sobre los retos a los que se enfrenta el docente y exponen las habilidades digitales, didácticas y disciplinares para desenvolverse en estos escenarios educativos mediados por contenidos interactivos, uso de medios digitales y plataformas virtuales”.
“En el estudio de Canales y Silva (2020) se propone el uso de estrategias que permitan la transición de escenarios presenciales a virtuales, centrándose en los recursos digitales para generar experiencias de aprendizaje significativas”.
Se identifican las competencias pedagógicas y técnicas como características imperantes de los docentes para incorporar contenidos interactivos en medios digitales y plataformas virtuales en su proceso de adaptación a los nuevos entornos educativos.
Diez competencias digitales
En ese contexto, se proponen diez competencias digitales básicas:
1. Generar espacios de comunicación, un gestor de la libertad de información y la accesibilidad de la misma en los entornos educativos.
2. Plantear tareas y/o actividades, que exista propósitos de los contenidos del currículo y que vincule ese contenido con las competencias y/u objetivos que se desea alcanzar, actividades de diversidad cognitiva.
3. Plantear tareas individuales con relación a compartir con acciones colectivas, crear conjunto de conocimiento compartido.
4. Calendario detallado de las tareas del curso, poder guiar al estudiante a seguir en el curso y sus acciones en el proceso educativo
5. Incorporar una guía y recursos que orienten al estudiante, que se relaciona con el punto 4, que permita al estudiante construir sus actividades con los parámetros claros.
6. Estimular la motivación y participación del estudiante, proporcionar acciones y actitudes de carácter propositivo, el docente debe ser un provocador de aprendizaje.
7. Documentos de consulta. Es importante que sea capaz de crearlos o seleccionarlos, como se mencionó anteriormente, poder filtrar información.
8. Tablón de noticias de información del curso, es decir, debe generar una comunicación unidireccional, que notifique las actividades del curso y los tiempos de aplicación.
9. Establecer públicamente los procesos de evaluación y los criterios, es necesario comunicar los procesos valorativos para que la formalidad e institucionalidad sea transparente y pertinente.
10. Ofrecer tutoría y feedback continua, generar interacción, que significa una presencia activa en el desarrollo de las actividades virtuales.