En el Palacio de Cristal del Malecón 2000 se instaló un rincón infantil. Ahí se realizó la Feria del Niño, que se organizó bajo el lema “Un nuevo mundo de aventuras”. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
A media luz en las instalaciones del Teatro Centro Cívico, Ángeles Terreros Kuffó, dirigió su primer concierto con la Orquesta Sinfónica de Guayaquil este viernes 1 de junio del 2018. Su público: niños y adolescentes de varias escuelas de Guayaquil, que festejaron el Día del Niño entre violines y flautas.
En las butacas, los pequeños observaban en silencio, cautivados por el sonido. Algunos se llevaron fragmentos de la presentación en videos en sus celulares.
Sus ojos y oídos estaban atentos a los instrumentos y al repertorio, que incluyó desde piezas clásicas, del compositor ruso Serguéi Rajmáninov; hasta ecuatorianas, como obras de Gerardo Guevara. Cada vez que una pieza finalizaba, la joven audiencia esperaba de manera cautelosa que la última flauta dejara de sonar, para entonces aplaudir.
El concierto se convirtió en una introducción didáctica e ilustrativa, para que los menores aprendieran más sobre los instrumentos que componen la Orquesta. Terreros interactuó con ellos después de cada intervención. “¿Sienten que les llega la música al corazón cuando la tocan?”, preguntó una niña.
“Para el repertorio tuvimos el cuidado de elegir piezas contrastantes, para que los niños tuvieran respuestas distintas y abarcar todo lo que queríamos decir. Porque queríamos dar una clase inicial de música”, expresó la directora.
En otro lado de la ciudad, en el Palacio de Cristal del Malecón 2000 se instaló un rincón infantil. Ahí se realizó la Feria del Niño, que se organizó bajo el lema “Un nuevo mundo de aventuras”.
Esta segunda edición de la Empresa Pública Municipal de Turismo, Promoción Cívica y Relaciones Internacionales de Guayaquil tiene como finalidad la inclusión de los niños con discapacidad y dar a conocer contenidos pedagógicos. Hubo caras pintadas, cuentos, shows de títeres, danza, amorfinos, entre muchas otras actividades.
“La idea nace junto a mi esposo, porque soy parvularia y creemos en la necesidad de integrar a la familia, que está cada vez más dispersa. Nos aprovechamos de la excusa del Día del Niño para ofrecer cuatro días de diversión”, dijo Carola Moscoso, directora del evento.
Para Maritza Martínez, directora de la institución Baúl de Pinocho, que trabaja con niños con discapacidades, el evento es una oportunidad para la inclusión. “Sitios como este son los que se necesitan para que los niños con condiciones especiales, para puedan desenvolverse y disfrutar de actividades al aire libre”.
La feria concluirá este domingo 3 de junio. El horario de atención es de 10:00 a 22:00 y en sus cuatro días espera alcanzar las 40 000 visitas. La entrada cuesta USD 1 para los niños y USD 3 para adultos.
Las escuelas dejaron a un lado las clases formales para celebrar. En el centro inicial César Emilio Arroyo, 281 infantes de entre 3 y 4 años de edad disfrutaron de diez rincones de aprendizaje. Con actividades lúdicas como la pintura expusieron sus derechos.