Estudiantes y padres de familia esperan los resultados del examen remedial en el Colegio Manuela Cañizares. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
“¿Pasaste en mate?”, “¿cómo te fue en inglés?”, son algunas de las preguntas que se hacen estudiantes del Manuela Cañizares al encontrarse en la puerta de ingreso de esa Unidad Educativa.
Los estudiantes que aún no resuelven su situación académica, pasean por sus colegios para verificar si aprobaron o deben esperar al examen remedial para aprobar el año lectivo.
En el patio del Manuela Cañizares, los estudiantes revisan cuadros. Otros, acompañados de sus padres, buscan a los profesores.
Wilmer Santacruz es uno de lo padres de familia, cuya hija no alcanzó el puntaje en una de sus materias. “Le toca estudiar. En un mes da un nuevo examen”, narró.
En el Colegio Mejía, el escenario tiene contrastes. Mientras en el ala izquierda los estudiantes y padres de familia hacen fila para la incorporación de los terceros de bachillerato, en el ingreso principal del edificio central, otro grupo de estudiantes revisan si deben rendir el examen remedial.
Fabián Sarzosa, padre de familia, espera ansioso el ingreso a la incorporación. “Es una alegría que mi hijo cumpla esta meta”, explicó.
Mientras, al otro lado, una madre en medio de lágrimas, revisa el cuadro colocado en la pared para constatar que su hijo debe esperar al remedial. Resignada salió del colegio.
Una situación similar se la vivió en el Colegio Simón Bolívar, en el centro de Quito. Con el uniforme impecable, los estudiantes esperan en las afueras para definir su situación.
A finales de agosto, los alumnos que no resolvieron el año lectivo rendirán el examen remedial.
Según autoridades del Colegio Manuela Cañizares, si después de este examen, aún no pasan en una materia, tienen otro de gracia, siempre y cuando no hayan pasado solo en una materia.
Mientras tanto, los estudiantes aún pasean por los alrededores de sus colegios con la esperanza de resolver su situación.