Cinco jóvenes que volvieron a Ecuador por el conflicto bélico Rusia-Ucrania contaron a EL COMERCIO cómo retomaron sus estudios, las dificultades que han vivido y todos coinciden en algo: quieren volver a Ucrania.
La Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) puso en marcha un Plan de Contingencia para que los estudiantes retornados puedan continuar con sus estudios.
Según la entidad, 310 jóvenes se inscribieron en la iniciativa y de estos 172 contaron con un cupo para seguir estudiando en universidades públicas y privadas.
El plan del 2022 incluía becas o ayudas para cubrir costos de homologación de estudios, aranceles, matrícula y colegiatura. Sin embargo, no todos los chicos pudieron acceder a esto. Aquí las historias.
Catherine Paredes. Quiteña de 21 años
‘Estuve en el Plan de Contingencia, nunca tuve respuesta’
“Estudio Medicina, voy en el sexto semestre de mi carrera. Toda esta situación fue muy caótica, muy inesperada para mí, mis amigos y todas las personas en ese momento.
Todo se había paralizado, incluídas las universidades. Fue ahí cuando yo regresé al Ecuador en el último vuelo humanitario. Hace unos meses para acá retorné a Ucrania para continuar en mis estudios en la Universidad Danilo Halitstky (Lvov).
Estuve en el Plan de Contingencia, nunca tuve alguna respuesta ni me dijeron qué iba a pasar con mis estudios. Sé que algunos chicos recibieron ese apoyo por parte del Gobierno, lamentablemente otros no.
A pesar de todo esto, yo seguía estudiando. Mi universidad me dio la oportunidad de seguir en clases mediante una educación a distancia para todos los extranjeros que habíamos retornado a nuestros países.
De igual forma, ellos nos mantenían informados al respecto de toda la situación para ver la posibilidad de que todos los estudiantes retornen nuevamente a Ucrania para seguir con sus estudios. Y de igual manera, estando todos a salvo”.
Diego Moncayo. Quiteño de 21 años
‘Empecé desde cero’
“Estuve tres años en Ucrania, estaba siguiendo filología. No me quedé allá por la presión del momento… Como todo sucedió tan rápido no tuve tiempo para pensarlo y cuando ya estaba aquí y quería regresar, mis papás no me dejaron.
El 21 de marzo de 2022 llegué a Ecuador. Estaba en tercer semestre. Me faltaban tres años más para acabar la universidad allá. Mis papás trataron de buscar rápido una universidad. Me inscribí en la Universidad Católica (PUCE) y ahora estoy estudiando la misma carrera, que aquí se llama lingüística. Empecé desde cero. Entré a la Católica a finales de agosto de 2022, ya acabé un semestre y en una semana empiezo el segundo.
Si bien el apoyo (de las autoridades gubernamentales con los estudiantes) fue con la universidad, no todos tomaron esa ayuda porque se demoraron mucho en dar información o en hacer del apoyo una realidad. Yo no lo tomé porque ya estaba estudiando un mes en la Católica cuando me enteré de la ayuda. Ya era muy tarde y yo ya había pagado (el primer semestre).
Los chicos que ingresaron a universidades públicas entraron a clases en octubre. Yo, en cambio, empecé a estudiar en agosto (2022). Además, a nadie que conozca le ayudaron a revalidar materias. El plan de estudios es diferente.
Algunos estaban en sexto semestre y tuvieron que empezar desde cero con sus carreras o en nuevas carreras, otros se fueron a otros países… Creo que ahora ya todos están solucionados (sus inconvenientes académicos). Aunque sigo escuchando que todos seguimos afectados (por el conflicto bélico), algo traumatizados, nostálgicos y depresivos”.
Hugo Lluglluna. Quiteño de 23 años
‘Muchos seguimos estudiando online en Ucrania’
“Hace un año regresé de Ucrania por el conflicto bélico. Actualmente sigo estudiando en la universidad de Ucrania (modalidad en línea), pronto con planes de retorno a Ucrania para cumplir mis prácticas.
En Ecuador lo ofrecido llegó después de varios meses: la asignación de cupos a las universidades públicas por parte de la Senescyt. La Universidad Técnica de Manabí fue la que me asignaron a mí y a varios estudiantes de la carrera de medicina, que cursaban desde el octavo semestre hasta el décimo semestre.
Después de recibir el correo para presentarnos y que conozcan nuestro caso individualmente, unas semanas después tuvimos la prueba de validación de conocimiento: práctica y teórica. En total se debía obtener un puntaje del 70%. Es así que conseguí el puntaje y las autoridades me afirmaron que solo tendría que regresar para el inicio de clases y que seguiríamos con la matrícula poco a poco.
El 3 de octubre del 2022 me acerco a la universidad y nos informan que la prueba que nos tomaron no es válida y que ahora optarán por otro proceso. Confirmándonos días después que deberíamos rendir una prueba por cada materia que hemos cursado: en mi caso hasta octavo semestre, un total de 33 pruebas.
Las pruebas serían en 15 días y según su horario serían alrededor de cinco o seis pruebas diarias. Obviamente estábamos inconformes… Pasó el tiempo, se estudió las materias que uno creía que tenía debilidades. Llega el día de la prueba. ¡Oh, sorpresa! Tienen que pasar las pruebas de primer semestre primero y si no pasan no pueden dar las de materias superiores.
Con un mínimo de dos materias para acceder al cupo que se nos entregó. Al final, las pruebas las dimos sin ganas y de 12 chicos que asistimos todo el proceso, las pruebas solo las rendimos cuatro chicos. De los cuales tres pasamos una prueba de tres y nos negaron la matrícula y por ende el cupo.
Una chica pasó dos de tres y le ofrecieron empezar desde primer semestre o desde el semestre de nivelación (eso lo iban a decidir después). La chica no sé si aceptó o no, pero lo último que supe es que no. Ningún chico pudo acceder a ese cupo y a la universidad.
El proceso por parte de ellos (Senescyt) todo el tiempo estuvo cambiando y nos informaban a último minuto. Una desorganización total. Se presentó una queja en una reunión a la Senescyt e hicieron caso omiso a todo… Perdimos la esperanza de quedarnos en el país.
Muchos siguen estudiando online en Ucrania. Hay varios que tuvieron la oportunidad de volver a empezar la carrera en otras universidades…Cada historia es diferente”.
Abigail Altamirano. Guayaquileña de 25 años
‘Si no consigo trabajo pienso regresar a Ucrania o ir a Francia’
“Me fui a estudiar a Ucrania, que es un país poco conocido pero el nivel de música es muy bueno. Entré a la Escuela de Música Nezhdanovoi, en donde hice la preparatoria, pero luego no me veía estudiando piano, así que me cambié a Periodismo en la Universidad de Mechnikova.
Al inicio fue difícil porque no sabía si mi familia me iba a apoyar, pero lo hicieron y continué. Los extranjeros siempre empezamos estudiando el idioma y la preparatoria. En Odesa se habla más ruso, por lo que empecé con eso y en junio del 2022 terminé la carrera.
El conflicto comenzó antes, el 24 de febrero fue el primer bombardeo, pero las universidades se pusieron pilas y ayudaron a evacuar. Nos llamaban y estaban pendientes de que estemos bien. El último semestre lo hice acá en Ecuador a distancia y hace un mes llegó mi título de Licenciada en Periodismo. Un amigo que está allá me ayudó a retirarlo.
Adaptarme nuevamente acá ha sido difícil, sobre todo por el clima. Allá estaba a menos de cero y aquí hace mucho calor. Vine con una perra, que rescaté un año antes de la guerra. Ella está muy bien.
Ahora estoy trabajando como profesora de español online y envío artículos a un medio digital El Costanero. Lo veo como una práctica, pero me siento frustrada porque acá no tenemos trabajo.
Mi hermano regresó a principios de enero. Él estudió música, es compositor y tiene una maestría en pedagogía musical y ya tiene empleo. Está en el centro de Ucrania, en dónde están unos 50 ecuatorianos que no quieren regresar, porque aquí no hay nada.
Allá te matan si estás en el lugar o en el momento inadecuado, pero aquí te matan por un celular. De hecho si no consigo trabajo estoy pensando en regresar a Ucrania o ir a Francia, por eso estoy estudiando francés”.
María (nombre protegido). Quiteña de 21 años
‘Nunca pensé en inscribirme en una universidad de Ecuador’
“Estoy en Ucrania en Lviv. Estudio Biología y voy en sexto semestre. Cuando inició (conflicto bélico) me asusté bastante, entonces, me fui a la casa de una amiga para quedarme con ella porque yo vivía en residencia. Vimos que teníamos que salir del país por Polonia para que nos den allá ayuda del cónsul (de Ecuador), que estaban diciendo desde las noticias que nosotros veíamos.
Entonces, más de dos días que empezó, yo me dirigí a la frontera con Polonia y Ucrania y pasé por ahí. Me había contactado con una persona de Cancillería -no me acuerdo bien- era amigo de mi hermana. Me dijo que pasara a la frontera y que llegara a la ciudad más cercana que estuviera ahí para que ellos me dieran toda la ayuda porque no podían llegar hasta Ucrania, no les permitían el paso.
Luego, ya llegué y en la primera ciudad me tocó movilizarme en tren, por suerte tuve ayuda igual de otro amigo ecuatoriano y me dejó cerca y ya llegué al… era como un hotel. Allá me dieron toda la ayuda y yo me vine en el primer vuelo humanitario que hubo. Llegué a Ecuador creo que a inicios de marzo del año pasado.
Yo nunca pensé en inscribirme en una universidad de Ecuador porque en realidad yo lo veía como una pérdida de tiempo porque eso que decían que iban a homologar, que nos iban a ayudar en todo proceso, en realidad nunca lo creí por completo. Y perder tantos años aquí para volver a empezar allá en Ecuador, no quise hacerlo.
Me enviaron correos y me quisieron contactar, pero a la final, no era mi plan. No me inscribí, ni nada y sí avisé al correo que me enviaban que: Muchas gracias, pero que no iba a ingresar. Continué mi semestre desde Ecuador. Me levantaba a las clases en la madrugada porque obviamente todo fue a distancia, igual mis compañeros ucranianos -a distancia ya sea donde estén-. Entregué las materias, pasé el curso y ahora sí voy en sexto semestre. Pasé todo bien. Son ocho semestres y ya el siguiente año termino.
Cuando volví acá (a Ucrania) -en realidad no es como lo cuentan en las noticias- que no hay ni cómo vivir, ni cómo salir. Es como llevar la vida normal, pero sí estamos prevenidos y suenan las alarmas si es que hay peligro.
Mis padres estaban un poco asustados (de que regresara a Ucrania). Más que todo, mi mami estaba preocupada, pero entendió que era mi decisión y que yo quería volver a seguir estudiando. Ya tenía acá una vida con mis amigos y todo, entonces, no iba a desperdiciar todos esos años que estuve acá por el conflicto que esté pasando.
Ahora, quiero terminar mi carrera y si es que puedo seguir una maestría aquí mismo y ver si me quedo trabajando aquí en Lviv o en otra ciudad. O también puedo salir a Europa porque lo bueno de aquí es que el título te deja buscar trabajo alrededor de Europa. Tienes ese beneficio”.
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