La alfarería de esta zona de es la primera de la Amazonía en formar parte del Patrimonio Cultural Intangible del país.
Al escuchar olla de barro o tiesto, muchos recuerdan el sabor de la cocina de las abuelas, bisabuelas e incluso tatarabuelas. Esto evoca una nostalgia similar a la que los migrantes ecuatorianos llegamos a tener con la canción Vasija de Barro. La arcilla en estado natural es una materia prima muy noble que toma la forma que el alfarero quiera darle hasta el momento en el que la somete al fuego. Los objetos resultantes de esta transformación alquímica tendrán uno o varios usos sociales, dependiendo de quien lo elaboró y del contexto en el que tendrá su vida útil.
Retrocediendo miles de años, en lo que hoy es Ecuador, lo primero que se nos viene a la mente cuando escuchamos cerámica son la Venus de Valdivia, estatuillas que encarnan el rol de la mujer en las primeras sociedades agroalfareras. No se quedan atrás las representaciones figurativas Jama Coaque, Tumaco la Tolita.
En la Sierra centro y norte, la cerámica Panzaleo, también conocida como cáscara de huevo por sus finas paredes, ha sido un punto de debate muy interesante. Su composición química puede ser considerada como evidencia de exportación de arcilla desde la Amazonía hacia la zona andina, durante gran parte del período prehispánico, incluso a inicios de la Colonia.
Paradójicamente, en el pasado, el Oriente también fue proveedor de materias primas. La dificultad de acceso, junto con las formas de organización social y los patrones de movilidad de los grupos originarios amazónicos, hicieron que este territorio se mantenga en un relativo aislamiento.
Dos mujeres muestran las vasijas que elaboraron y que forma parte del Patrimonio Cultural Intangible del país.Este aislamiento, con todos los factores negativos que conlleva, ha sido determinante para que los descendientes de culturas antiguas mantengan vivos dentro de su memoria social las formas de uso y manejo de recursos ecosistémicos, que forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) del Ecuador.
Un ejemplo de esto se observa en el sistema de producción cerámico la nacionalidad kichwa Quijos, quienes, en el marco de una economía naranja en auge en toda Latinoamérica desde finales del siglo pasado, han incorporado demostraciones sobre el proceso de elaboración de estos objetos en sus emprendimientos turísticos familiares, difundiendo los conocimientos milenarios.
La convención de la Unesco del 2003 buscó generar directrices para que el patrimonio vivo se conserve. Siguiendo sus parámetros, el Ecuador cuenta con dos instrumentos para el registro de estos saberes ancestrales, midiendo su vigencia y riesgo de desaparición: la ficha de registro y la Lista Representativa de PCI.
En el 2017, el grupo de Investigación Población y Ambiente de la Universidad Regional Amazónica Ikiam (URAI), utilizando la metodología “investigación acción participativa”, empezó a recopilar información sobre el sistema de producción cerámico con materiales y técnicas milenarias en Tena y Archidona.
Se fusionó la información arqueológica de la investigación realizada en la cuenca del río Tena, dentro del sitio arqueológico Pashimbi, con los datos proporcionados por las y los portadores de conocimientos. Así se pudo identificar la continuidad a nivel de tiempo y espacio de la elaboración de objetos con barro.
Desde la recolección del barro hasta la quema, las y los alfareros, que mayoritariamente no han accedido a educación superior, aplican lo que en la cultura occidental llamamos método científico. Los conocimientos, transmitidos vía oral, siguen un esquema preestablecido. Parten de la observación, para luego experimentar y corroborar la calidad del barro. Definen la forma más idónea para elaborar los artefactos, los materiales con los que realizarán los acabados, hasta el tipo de madera que será el combustible para que la arcilla se torne dura y rígida.
Así como el barro va tomando forma para dar lugar a la cerámica, la investigación construyó las bases para desarrollar el Plan de Salvaguardia, que contribuirá a dar continuidad a esta manifestación. Alfareras y alfareros, funcionarios de municipales de Tena y Archidona, de la Prefectura, de la Casa de la Cultura Núcleo de Napo, en coordinación con docentes y estudiantes de la URAI, generaron este instrumento legal y buscaron que la alfarería de los cantones Tena y Archidona formen parte de la lista representativa del PCI del Ecuador. Así, dentro del subámbito de las artesanías, la alfarería de estas zonas se convirtieron en la primera manifestación amazónica que forma parte del Patrimonio Cultural Intangible ecuatoriano.
Se espera que al igual que el patrimonio oral Zápara, el conocimiento en torno a la producción de objetos con barro pueda ingresar en la lista de la Unesco.