Un estudio realizado por científicos de la Universidad James Cook determinó que el aumento de las temperaturas en el agua afecta al crecimiento de los peces, poniéndolos en riesgo. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.
El aumento de la temperatura del agua del mar está ralentizando el desarrollo de los peces en su edad temprana en la zona ecuatorial, lo que puede afectar a su supervivencia y la de las comunidades que viven de la pesca, alertó un estudio divulgado hoy 30 de marzo en Australia.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad James Cook, analizó el impacto del aumento de la temperatura del agua en las larvas de peces recogidas en un área de 2 000 kilómetros entre el sur de la Gran Barrera de Coral y el norte de Papúa Nueva Guinea, cercana a la línea ecuatorial.
“Descubrimos que dónde las temperaturas se calentaron por encima de un punto cerca del Ecuador, a unos 29 grados, el ritmo del desarrollo de las larvas se retrasó”, dijo el autor del estudio, Ian McLeod, en un comunicado de la universidad.
La mayoría de los peces marinos atraviesan por una etapa de desarrollo larval en el mar abierto que los hace más vulnerables a los depredadores y si pasan mayor tiempo en esta situación tienen menos posibilidades de sobrevivir.
“El crecimiento rápido durante la etapa larval les da ventajas de supervivencia porque pueden desarrollarse más temprano y salir con mayor rapidez de los peligrosos ambientes pelágicos”, explicó el científico australiano.
Los científicos analizaron los primeros momentos de la vida de los peces a través de los otolitos, que son un material duro que ayuda a los peces en la audición y que desarrollan marcas durante el crecimiento comparables a los anillos de los árboles.
“Es como leer su diario, podemos aprender sobre su tasa de crecimiento, cuánto tiempo toman para desarrollarse e incluso calcular su tamaño cuando se afincan en los arrecifes”, acotó McLeod.
El coautor del trabajo, Philip Munday, alertó sobre la vulnerabilidad de los peces ecuatoriales al calentamiento global mientras otro investigador, Geoffrey Jones, alertó de que millones de personas en las zonas ecuatoriales dependen de la pesca para vivir.
“Mucha gente en las regiones ecuatoriales como Papúa Nueva Guinea dependen de los peces, que son su principal fuente de proteínas, por lo que el estudio nos hace reflexionar sobre el futuro de la seguridad alimentaria en estos lugares”, enfatizó Jones.