Una ciudadana denunció que sus vecinos tenían a dos perros en una terraza en malas condiciones. Este 18 de febrero se realizó el operativo de rescate. Foto: Cortesía RUNA Ecuador.
Una denuncia alertó sobre el caso de una perra que se desangraba en la terraza de una vivienda en el sector San Carlos, al norte de Quito. En la mañana de este jueves 18 de febrero de 2016 la Agencia Metropolitana de Control acudió a hacer una inspección junto al COE.
Se encontraron con dos bulldogs ingleses, un macho y una hembra. Esta última se estaba desangrando y necesitaba ayuda veterinaria urgente. Ninguno de los animales tenía nombre, pero los rescatistas los bautizaron Zeus y Nala.
“Utilizaron a Nala para sacar crías hasta que ya no pudo más y cuando ya no era útil para ellos la dejaron ahí”, relató la organización Runa Ecuador a través de su página de Facebook. María José Cuesta, responsable de esa organización, indicó que según comentarios de los vecinos esos perros tenían crías frecuentemente, por lo que se sospecha que eran utilizados como reproductores.
“La perrita murió desangrada antes de llegar a la clínica del Valle”, indicó Cristina Calderón de la Fundación Camino a Casa. “El diagnóstico de Nala fue septicemia”, comentó la rescatista.
Esta es una infección grave y generalizada en todo el organismo cuando agentes patógenos pasan a la sangre. En la necropsia se determinó que el can había sufrido una piometra (infección de útero y acmulación de secreciones y pus en el interior) que no fue tratada y terminó con el desenlace fatal.
El macho que también estaba en el lugar, al que llamaron Zeus, fue rescatado y puesto bajo cuidado veterinario. Hasta el momento no se le había podido hacer exámenes para determinar su estado de salud pues el perro está asustado y agresivo.
“No sabemos qué le pudieron hacer a este perro”, comentó Calderón. Para las rescatistas, lo más preocupante es que estos casos no son únicos ni aislados, sino que muchos animales pasan por esta situación.
Zeus estará a cargo de Runa Ecuador quien también levantará una denuncia en la Fiscalía para buscar sancionar a los dueños de los animales. La pena que podrían enfrentar es de entre tres y siete días de prisión, de acuerdo a lo estipulado en el Código Orgánico Integral Penal. Además se aplicaría una sanción económica.
Cuesta y Calderón coinciden en que el castigo no será suficiente para compensar el maltrato recibido por los animales. “Hay que tomar el ejemplo de países que tienen sanciones más severas para que la gente piense dos veces antes de maltratar a un animal”, concluye Calderón.