El nuevo año escolar que arranca el 1 de septiembre en el régimen Sierra y AmazonÃa también implica pensar en la salud fÃsica de los estudiantes. Especialistas consultados este martes 30 de agosto de 2022 por EL COMERCIO coinciden en que el buen estado de salud es clave para el regreso a clases.
Antes de arrancar el nuevo perÃodo, lo más importantes es que se haga a los niños un chequeo médico preventivo, señala Fernando Aguinaga, expresidente de la Sociedad Ecuatoriana de Pediatra. Este consiste en ir al médico para que se revise el peso, la talla; y que estén al dÃa en las vacunas del esquema general y en las del covid-19.
En ciertos casos, el médico señala que podrÃan requerirse exámenes complementarios. Por ejemplo, si se evidencia que el niño no ha ganado peso, no ha crecido lo suficiente o si en el último tiempo se ha enfermado varias veces con cuadros importantes. También si han estado propensos a tener infecciones o los problemas de salud que han llevado a una hospitalización.
Aguinaga explica que podrÃa tratarse de niños que no se nutren adecuadamente o con un sistema inmune débil. En esos casos, el pediatra explica que se envÃa una dieta para mejorar su estado nutricional y se realizan chequeos generales más seguidos hasta que se recupere un estado normal. Mientras se hace eso, los chicos pueden asistir normalmente a clases.
¿Cuándo no deben asistir?
El pediatra Aguinaga recuerda que si los niños están enfermos o presentan tos, gripe, mocos o erupciones en su cuerpo no deben ir a clases. Primero deben acudir a un médico para que este los evalúe y determine si puede o no asistir.
Un niño que está bien nutrido, que crece adecuadamente, que no tiene anemia tiene mejor concentración, dice. Asimismo, se garantiza mayor facilidad para aprender, agrega.
Con él coincide la optómetra, Julia Cevallos. Ella señala que si no se determina que hay un problema visual y, por ende, no se da tratamiento esto tiene gran influencia en el aprendizaje de los chicos. Por ello, sostiene que el chequeo visual no es solo una exigencia escolar, sino que debe hacerse al menos una vez al año, independientemente de ser un requisito.
El examen visual integral
Lo que se valora en el chequeo visual no es solamente si el paciente ve bien o no, explica Cevallos. Esa es solo una parte del examen visual integral, pero también se valora la visión binocular, si hay problemas a nivel muscular o en la alineación de los ojos como posibles desviaciones, entre otras cosas.
La especialista indica que hay muchas enfermedades y problemas visuales que, si se detectan a tiempo, se las puede corregir exitosamente. Con eso se puede evitar que a la larga se generen dificultades como el ojo vago, el estrabismo o problemas de retina.
Dentro de los tratamientos están el uso de lentes oftálmicos. También se puede adaptar lentes de contacto a niños cuando las medidas son muy diferentes entre un ojo y otro, señala la optómetra. Otras opciones son la terapia visual o el tratamiento con prismas en las lunas de los lentes.
La teleeducación pudo generar cambios
Sobre todo en los niños, el incremento del uso de la tecnologÃa en la pandemia influye en que las medidas de lentes aumenten, dice Cevallos. En promedio, explica, hasta los 8 a 10 años, el sistema visual está en proceso de maduración. “Todo lo que se consolide en este tiempo es fundamental para evitar enfermedades y complicaciones futuras en la visión”.
Cevallos señala que no hay una edad predeterminada para el primer examen visual. También depende de los antecedentes, por ejemplo, cuando los padres tienen problemas visuales.
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