Imagen referencial. El becario permanece con la incertidumbre sobre el contrato y ajustes en el presupuesto de su beca. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Juan Pablo Domínguez, de 32 años, estudia un doctorado en Ciencias de la Salud en la Universidad de Minho, Portugal. Él fue beneficiario de una beca interinstitucional entre la Senescyt y la Universidad de Minho, que consistía en que ambas instituciones cubrían los valores de su estadía y estudios en ese país.
El joven oriundo de Antonio Ante, en Imbabura, firmó su contrato en septiembre del 2017. Los desembolsos los recibía por semestre, pero desde septiembre del 2018 espera el pago para cubrir su beca hasta marzo del 2019.
De inicio, el financiamiento establecido fue desde el 2017 hasta el 30 de octubre del 2020. Pero en enero del 2019 le comunicaron que habrían cambios en el contrato y ajustes en el presupuesto de su beca.
Además de reducir algunos rubros como el del tribunal de tesis de USD 2 300 a USD 1 700, le avisaron que el financiamiento se reduciría un mes. En febrero, su universidad fue notificada de la ruptura del convenio. Ahora el becario permanece con la incertidumbre, ideando formas para no dejar de comer ni de asistir a sus clases.
Este es su testimonio:
“En el convenio entre la U. de Minho y la Senescyt, la universidad nos proveía de tickets de comida de lunes a sábado. La Senescyt tenía que pagar un porcentaje de esos tickets y la comida del domingo. Además una parte del arriendo, la matrícula, gastos de investigación, tribunal de tesis y seguro de salud y vida. La universidad no ha recibido su parte desde septiembre del año pasado.
No me ha pagado a mí tampoco mis rubros de manutención complementaria con los cuales yo cubro mi comida del domingo, los pasajes de autobús y para ciertos materiales que necesito para las clases.
Cuando me enviaron las condiciones del nuevo contrato con la reducción del presupuesto yo envié una apelación que ellos acogieron y está en trámite. Aún no se toma una resolución final.
Luego de que la Senescyt rompiera el convenio con la universidad y dijera que asumiría todos los gastos de los becarios, aquí nos convocaron. Yo les expliqué mis circunstancias y me dijeron que me darían un tiempo adicional para que resuelva mi situación.
Llevo siete meses esperando el dinero. Mientras tanto, en lugar de tomar bus, camino casi dos horas diarias para ir a la universidad, porque no me puedo dar el lujo de gastar dinero aquí.
En la cuestión de la comida me ayudaba mi familia, pero ahora se le ha hecho imposible por ciertas circunstancias de la salud de mi madre. Entonces, como la universidad me da tickets para almuerzo y merienda en un restaurante, yo hablé con la persona de ahí para que el de la merienda me haga válido en el almuerzo del domingo. Por lo menos ya almuerzo todos los días.
Y para el resto de comidas, como me dan dos euros de crédito en el bar de la universidad de lunes a sábado, yo guardo un poco de comida: unas frutas. Entonces así he buscado la manera de mantenerme.
Mi contrato está vigente, lo que quieren ahora es que firme otro contrato con la disminución del presupuesto. No entiendo cómo quieren que firme si ya rompieron el convenio con la universidad y ahora se tiene que asumir nuevos gastos.
Si yo firmara debería asumir algunos gastos por mi cuenta, porque el nuevo presupuesto ya no es suficiente para que yo pueda sostener todos los gastos que tengo aquí. No sé qué quieren hacer porque por un lado mandan una notificación de que van a asumir todos los gastos y por otro quieren reducir el presupuesto a los alumnos. Al momento estoy sin seguro de salud y vida.
Yo estoy de acuerdo en devolver si me estuvieran dando dinero en exceso. Si al menos hubiesen cubierto los valores desde septiembre y luego nos comunicaran las nuevas circunstancias, pero me envían esto en enero y me ponen en una posición crítica que yo siento como un tipo de presión.
No tengo otra salida. O acepto estas nuevas condiciones o me muero de hambre y me quedo sin dónde vivir. Supongo que ellos deben imaginarse: ¿cómo hará para vivir? Si nosotros no le damos para la comida ni para el arriendo. Si no le pagamos a la universidad todo lo que le debemos.
Vivo en la residencia de la universidad y me siguen dando los tickets de comida pese a que ya no hay convenio. Decidieron esperar un mes más pero no creo que esperen otro.
Mi día comienza a las 08:00. Voy al laboratorio de la Facultad de Medicina, donde estudio bibliografía o hago experimentos relacionados con mi tesis.
Mi día se acaba a las 18:00. Regreso caminando a la casa, limpio el departamento. Hago la merienda, tratando de ahorrar lo poco que tengo para subsistir
Mis compañeros ya se salieron de la residencia. A ellos ya les pagaron pero con la reducción del presupuesto. Algunos ni siquiera han firmado el nuevo convenio. No sé cómo funcione, porque ellos son de otras zonas (provincias). Yo hice mi contrato en Quito.
Creo que toman las decisiones de acuerdo a cada zonal y en mi caso tomaron la decisión de matarme de hambre.
No quiere decir que porque yo no firmé el contrato decidieron no pagarme porque yo envié mi apelación cuando me avisaron, en enero de este año. Y no me pagan desde septiembre del 2018. Aún se está esperando una resolución final, porque ellos tomaron en cuenta mi apelación, entonces mi trámite aún está en curso.
Pero no toman en cuenta las circunstancias críticas como nuestra manutención y las cosas indispensables para un ser humano.
Estas circunstancias que sufrimos los becarios se deben a los procesos administrativos que se estancan en el IFTH y la Senescyt. La gente que trabaja ahí debería ponerse en los zapatos de uno, porque no somos números, somos personas, seres humanos que necesitamos de qué vivir.
Los becarios que están en Ecuador por lo menos pueden comer, pero aquí en el exterior vivimos en la incertidumbre, en la desesperación, porque cada día se va ahondando más el problema”.
Al respecto ¿qué ha respondido el Instituto de Fomento al Talento Humano, a cargo de becarios?
Hasta el 15 de marzo se procesaron USD 18,30 millones. Además se han pagado USD 5,9 millones correspondientes a marzo. Durante tres meses, estudiantes de pregrado y posgrado han demandado que se les asigne el dinero correspondiente. Y la entidad aceptó el retraso, semanas atrás.
¿Qué pasa ahora?
Según el IFTH, solo 36 adjudicatarios no suscribieron su contrato. El plazo para firmar venció el 13 de marzo. Este Diario consultó qué trámite se dará a otras quejas por falta de pago y aún estamos a la espera de contestación. Se indicó que en el 2019 el IFTH requiere USD 106’ 644 754,49, para cubrir los compromisos con becarios, cuyos contratos fueron suscritos hasta el 31 de diciembre del 2018.