Por la emergencia sanitaria se realizan únicamente bautizos de emergencia. Foto: pikist.
Cada jurisdicción católica -arquidiócesis, diócesis y vicarías- sigue las directrices de su COE cantonal y cumple la normativa exacta según el semáforo en el que se encuentre. Por eso, las celebraciones de bautizos y matrimonios no es una práctica común en todas las localidades de Ecuador en medio de la emergencia sanitaria por el covid-19 que se inició en marzo del 2020.
La Arquidiócesis de Quito, con 200 parroquias a su cargo, aún no activará estos sacramentos en agosto, salvo “casos muy especiales”, aclara monseñor Alfredo Espinoza, arzobispo de la capital. Es decir, sí se celebrarán bautizos de emergencia por peligro de muerte y matrimonios porque la pareja se va de viaje, explica este viernes 31 de julio del 2020.
Hasta el momento no hay fecha de cuándo se activarán esos sacramentos. En cambio, si todo va bien, en la primera quincena de octubre se oficiarán las primeras comuniones y en la segunda, las confirmaciones.
Por eso, las clases de catecismo continúan vía ‘online’ y con un esquema especial realizado por el Departamento de Catequesis. Es decir, contenidos que se ajusten a las redes y los pequeños puedan interactuar.
¿Qué pasa con los niños que no tienen Internet? El prelado de Quito asegura que sus parroquias, en su mayoría, son urbanas y en las pocas rurales se hace un seguimiento especial.
Algo parecido ya se realiza en la Arquidiócesis de Guayaquil, pues allí los catequistas van a las casas de las familias que no tienen conexión y allí, con distanciamiento social, se juntan los pequeños para la formación de la fe, apunta monseñor Luis Cabrera.
Dice que en su Arquidiócesis hay 210 parroquias y en algunas de Daule, norte de Guayaquil, hay esa dificultad. Aunque en la mayoría la catequesis se recibe de manera virtual.
Eso sí, con un número reducido de niños inscritos. Por ejemplo, en la parroquia Mariana de Jesús solían ser 600 alumnos, ahora suman 150, anota monseñor Cabrera.
Tras esa formación, las primeras comuniones y confirmaciones en la Arquidiócesis de Guayaquil serán para el próximo año, entre los meses de enero y febrero. Las del ciclo pasado se hicieron unos meses antes de que llegue la pandemia a consecuencia del covid-19.
Con respecto a los matrimonios y bautizos, en las parroquias de la Arquidiócesis de Guayaquil ya se celebran aquellos que se quedaron pendientes, desde hace unas semanas. En todos esos sacramentos, aclara monseñor Cabrera, se cumplen con todos los protocolos establecidos.
Tampoco se nota aquel despliegue que se solía armar alrededor de un bautizo o un matrimonio. Y todo en atención a la disposición de realizarlas con estricta sobriedad porque, como dice monseñor René Coba, secretario General de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), toda medida es poca para evitar una propagación del mal.
Así las cosas, el rito del bautismo será breve, con un niño o máximo dos; y solo papá, mamá y los padrinos. El agua bautismal se dará desde un recipiente al que no retorne el agua usada, evitando todo contacto entre los bautizados.
En las unciones se podrá usar un algodón o bastoncillo de un solo uso. Se incinerará al terminar la celebración, apunta monseñor Coba. El tiempo de duración será de 30 minutos.
La ceremonia de las bodas igualmente breve y sin pompa ni cosas elaboradas. Solo habrá el rito con los contrayentes, los padrinos y no más de 20 personas.
No habría problema si la novia usa el vestido blanco largo, pero sin la cola; y los anillos, arras… serán manipulados sólo por los contrayentes. Y nada de fiestas grandes.
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