El Hospital Monte Sinaí ha empezado a retomar el ritmo de cirugías que registraba antes de la pandemia del covid-19. En enero no pasaba de 80 procedimientos, y cerró septiembre con cerca de 140. Algunos casos fueron atendidos después de meses, debido a la emergencia sanitaria.
El descenso de los indicadores de coronavirus ha permitido que este y otros centros del Ministerio de Salud Pública (MSP) abran más quirófanos y retomen los servicios que estuvieron paralizados.
Algunos fueron hospitales centinela, como el Monte Sinaí, ubicado en Guayaquil y que durante 18 meses se concentró casi exclusivamente en cuadros respiratorios.
La semana pasada dio el alta a la última paciente, una mujer de 76 años que superó la enfermedad tras un tratamiento de 12 días en cuidados intensivos.
Su director médico asistencial, Miguel San Martín, explica que ya han logrado la reapertura del 80% de los servicios médicos. Y para atender la lista de espera de cirugías trabajan en una reprogramación.
“Muchos de los procedimientos en espera son traumatológicos, como fracturas que se estabilizan en un primer momento quirúrgico y luego se hace una operación correctiva. O pacientes con patologías no complicadas, como hernias o tumoraciones benignas”. La lista en Monte Sinaí suma cerca de 200 intervenciones quirúrgicas que aguardan por atención.
Otros procedimientos, como exámenes exploratorios, se detuvieron. En los últimos meses, el Monte Sinaí ha incrementado los cupos para, por ejemplo, atender la demanda de endoscopías digestivas.
Incluso ha vuelto a realizar CPRE, un complejo análisis para diagnosticar patologías de las vías biliares. Antes, estos pacientes eran derivados.
Como medida de apoyo, el MSP dispuso que los casos urgentes sean direccionados a otros hospitales de la red de salud pública. También han pagado por servicios a la red privada complementaria.
Los hospitales del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) también han recurrido a la derivación de pacientes a prestadores externos. Desde inicios de este 2021, la entidad trabajó además en un plan progresivo para evacuar los procedimientos quirúrgicos represados.
El Hospital Norte Los Ceibos, en Guayaquil, es uno de los más grandes en cuanto a atención general. La pandemia obligó a convertirlo en un gran centro de referencia regional para covid-19 desde el inicio del pico de contagios.
Antes de la emergencia reportó más de 23 500 operaciones al año. Durante 2020 la cifra cayó a 7 300; y en lo que va de 2021 no logra recuperarse. El último registro suma 7 100 cirugías. Esta casa de salud cuenta con 33 cirujanos.
En Cuenca la dinámica del virus fue distinta y eso permitió que en diciembre del año pasado comenzara la reapertura del Hospital José Carrasco Arteaga, también del IESS. Fernando Moreno es el coordinador de hospitalización y recuerda que incluso en medio de la pandemia realizaron operaciones de alta complejidad, de tipo oncológico y por traumatismos severos.
“Ahora estamos canalizando la cirugía compleja que quedó relegada y que podía esperar. Dentro de traumatología, por ejemplo, teníamos pacientes que necesitaban un cambio de cadera o de rodilla, y han sido atendidos paulatinamente”.
La desocupación en las salas UCI permitió que se retomaran programas como el de intervenciones cardíacas. Además, este hospital fue uno de los primeros en reanudar los trasplantes en el país.
La lista de espera ha disminuido, pero Morales reconoce que aún existe. Este centro de referencia regional realizaba unas 1 000 cirugías al mes; en septiembre llegó a 800.
“En ese mes abrimos más quirófanos, son nueve en total, y estamos funcionando en un 95%. En octubre estamos planificando volver casi a la realidad previa a la pandemia”, asegura el coordinador.
Los hospitales más pequeños, como el Santa Teresita, también intentan ponerse al día, aunque en medio de dificultades. Esta casa de salud del MSP en Santa Rosa, provincia de El Oro, tiene serios problemas de infraestructura que no impidieron que brindara una contención inicial tras la detección del primer caso de la variante Delta plus en el país.
El alcalde Larry Vite ha pedido la construcción de un nuevo hospital, porque el actual complejo de casi 90 años tiene graves fallas estructurales. “Se necesitan USD 40 millones de inversión para tener las 70 camas que necesitamos para cubrir la brecha del cantón”.
Por estos días hay un mayor movimiento de pacientes que van a cirugías y que deben esperar ser trasladados por grupos de camilleros, a través de las angostas escaleras del bloque de quirófanos. El hospital no cuenta con ascensores.