El papa Francisco dio facultad a los sacerdotes para ser guía y apoyo de las mujeres que abortan. Foto: EFE
“El aborto es un pecado grave porque pone fin a una vida humana inocente”. Eso sostiene el papa Francisco. Sin embargo considera que “no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre. Por ello dio la facultad a los sacerdotes para ser guía y apoyo de las mujeres, absolviéndolas y ayudándoles, dice, en el camino de reconciliación especial.
Tras la decisión del Papa, tomada este lunes 21 de noviembre de 2016, hay criterios contrapuestos. Uno, del lado de los católicos, y otro, de quienes defienden el derecho de la mujer, la autonomía para decidir sobre su cuerpo. Y además reiteran que hay que ponerle un alto a la idea de que la mujer es culpable o pecadora y sostienen que hay una necesidad de tratar al aborto como un problema de salud pública.
La iglesia debe orientar y ayudar a sanar el corazón
René Coba, arzobispo castrense
La facultad de perdonar a quien comete un aborto estaba solo en manos de los obispos. Un aborto es un asesinato a un ser que estaba en camino de llegar, las consecuencias son muy graves, empezando por la misma persona que se lo hace. No se debe acudir a esa práctica.
La decisión del papa Francisco es una gracia de Dios que se otorgó durante el año jubilar que hemos pasado. Pero desde el lunes el Papa ha facultado a todos los sacerdotes para que absuelvan a sus fieles del pecado del aborto, sin que medie la voz de un obispo.
Respetamos otras creencias, pero esto lo entienden los católicos. Hay diferentes tipos de pecados, según la gravedad de las cosas.
Antes del lunes, normalmente las mujeres que cometían el pecado del aborto iban hasta donde el obispo, empezaban un dialogo pastoral, que en muchos casos implicaba charlas terapéuticas, para poder enfrentar ese trauma terrible, hay que entender que la persona queda muy herida.
En este año jubilar se faculto a los sacerdotes para que ayuden. Con el párroco empiezan un proceso de restauración, sanación interior, es una gracia especial.
Sobre lo que me consulta de los abortos que se hacen cuando hay una violación debo decir que para la iglesia es igual un pecado. Las situaciones concretas pastorales hay que analizarlas una a una.
Pero es un pecado, es un crimen, las consecuencias, agravantes, atenuantes no quitan la seriedad de lo ocurrido. Hay que tratar el caso, no es que no pasó nada, esto es para católicos, quien no procesa el tema según nuestra religión, que vea con distancia esta decisión. Pero si siguen la fe católica saben que con un aborto se atenta contra la vida de un niño recién concebido.
El Papa sabe que hay más cercanía con el sacerdote párroco, que puede dialogar con la mujer y ayudar terapéuticamente, entender un arrepentimiento, es una situación muy dolorosa y grave. No solo absolvemos y bendecimos, hay que orientar a la mujer para ir a un psicólogo. La iglesia es como una madre que debe orientar a sus hijas, ayudarles a sanar su corazón.
‘Las mujeres no somos pecadoras, se lavan las manos’
María Paula Granda, feminista, integrante del movimiento de mujeres
Abortar es una decisión autónoma y legítima. No tenemos que pedir disculpas por ejercer un derecho que tenemos las mujeres. Leí la noticia de que el papa Francisco aprobó la posibilidad de que se perdone indefinidamente el pecado del aborto. Y claro el Papa y la iglesia defienden una visión opuesta a la que tenemos como movimiento de mujeres. Sostienen que estamos cometiendo un pecado, pero nadie vela por nuestra salud, ni la iglesia ni la autoridad se preocupan por la integridad de todas las mujeres que deciden abortar. No piensan que muchas lo hacen por una situación extrema, porque sufren violencia y otros abusos que no se condenan.
A las mujeres que toman la decisión de abortar nos castigan y nos acusan de cometer un pecado capital. Ahora lo que están haciendo es lavarse las manos, absolvernos supuestamente del pecado, nos perdonan por abortar. Pero nadie dice que pasa con todos esos agresores y con la justicia.
Por otro lado me pregunto si ya mismo absuelven a los pedófilos y que es lo que va a ocurrir con las víctimas verdaderas. Nosotras como mujeres no nos consideramos víctimas, pero que quede claro lo que ocurre con nosotras. Es importante que el tema este en debate, desde el movimiento de mujeres se ha hecho un esfuerzo para que el aborto y sus consecuencias sean tratamos como un problema de salud pública, económico también. Veo que la iglesia quiere mostrar una aparente sensibilidad. Pero vamos mas allá, quien piensa en nosotras, sigue instaurándose en la sociedad el imaginario de que somos pecadoras y se refuerza en nosotros la culpa, somos mal vistas.