Según el experto Ricardo Valencia, los mercados de reciclaje en la región son “muy informales”. Foto Referencial: Pixabay
El reciclaje tiene mercado en América Latina y genera una variedad de productos exportables que son consumidos en plazas internacionales de países como China, dijo en Panamá el experto colombiano Ricardo Valencia durante un foro que finaliza el miércoles 13 de julio de 2016.
Valencia, director estratégico de la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo (IRRI), indicó en una entrevista con Efe que en la región Latinoamericana “hay unos grandes mercados de reciclaje” que se caracterizan por el tipo de material.
Uno de estos materiales “muy extendido” y que atraviesa por un buen momento en la región, según Valencia, es el PET (polietileno tereftalato), un plástico conocido por ser bastante común y duradero que se produce a partir del reciclaje de botellas y se utiliza para hacer nuevos envases del mismo material, además de otros productos.
“Claro que hay mercado en América Latina, pero además hay también mercado internacional pues China consume mucho material reciclable que recuperamos en nuestros países“, dijo Valencia, que expuso en el XI Simposio Internacional de Ambiente, que inició el martes 12 de julio en Panamá, sobre reciclaje inclusivo y sostenibilidad de sistemas de aprovechamiento de residuos.
Resaltó que entre los materiales reciclados en Latinoamérica que más consume China están los metales, plásticos y polímeros, pero que no existe una cifra en concreto de cantidades y monto económico porque los mercados de reciclaje en la región son “muy informales”.
Aseguró que por la falta de información no es posible saber lo que se recupera para reciclaje, los que trabajan de recicladores y el destinos del material recolectado.
Aún así, citó cifras que dan cuenta que la basura en América Latina esta compuesta entre un 60 % y un 70 % por deshechos orgánicos y entre un 20 % y 30 % por desperdicios inorgánicos de los que, detalló, “propiamente” se reciclan en la región entre el 12 % y 15 %.
Reconoció que esto “es bastante impresionante si se piensa que esos niveles se han alcanzado pese a que la normatividad de nuestros países no favorecían el reciclaje, y a pesar de que la recuperación de ese material se hacía en condiciones de informalidad muy alta”.
Valencia, que en 2014 se integró como director del IRR con la idea de contribuir a la promoción de los sistemas de apoyo para la integración de los recicladores a la cadena formal del reciclaje, señaló que ya se está apoyando en América Latina “la instalación de sistemas de información y de observatorios de reciclaje”.
Además de implementar estos sistemas de información y de la existencia de un mercado, el experto colombiano cree necesario que exista algún tipo de regulación que contemple el reciclaje, aunque reconoció que la región esta en un proceso de transformación y que ya existen 18 países “que tienen algún tipo de regulación”.
En liderazgo en normatividad lo ha tomado América del Sur, y los países más adelantados en esta materia son Brasil y Colombia, nación que, resaltó, recicla 6.000 toneladas diarias, de las cuales más de la mitad son provistas por recicladores de oficio o pepenadores.
América Central, destacó, está tomando “acciones concretas” en la regulación del reciclaje puesto que Nicaragua ya tiene una Ley, al igual que Costa Rica, mientras que Panamá trabaja en ello.
“Así que esta agenda va a llegar a los países, y la pregunta no es si vamos a ver reciclaje en los países sino cuándo, y me parece que los imperativos de la economía y del medioambiente están en ese proceso de implementación del reciclaje en todo el planeta”, afirmó.
Esta leyes, explicó Valencia, regulan, entre otras cosas, los sistemas de aseo municipales, que es donde se recupera el material reciclable; los mercados y las industrias que tienen la capacidad tanto para crear los residuos como para aprovecharlos industrialmente; las organizaciones de recicladores, y los sistemas de información.
Insistió que los sistemas de información, de los que ya existe uno en Colombia, permiten perseguir el material, saber en qué lugar de la ciudad se recogió, de qué tipo es, quién lo recuperó y adónde lo llevo, cómo entró en el mercado, cuánto se procesó y cuándo llegó finalmente a la industria.
Esa información, afirmó, “es básica para poder gerenciar la política de reciclaje, para saber a quién hay que pagarle qué y con justicia, para saber cuáles políticas (de reciclaje) están teniendo éxito y cuáles están fracasando”. “En ausencia de un sistema de información, la plata invertida en reciclaje es un desperdicio“, remarcó Valencia.