18 camélidos serán estudiados por la Universidad Técnica de Cotopaxi como parte de los primeros ensayos del Centro de Investigación y Mejoramiento Genético en Alpacas. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
Las dirigentes de la Asociación Sumak Llama (Llama bonita) están preocupadas por los problemas de consanguinidad que hay en las alpacas de Chimborazo. La situación se replica también en las comunidades de Cañar, Cotopaxi e Imbabura.
La estrecha cruza de los camélidos entre padres, hijos y hermanos está provocando defectos congénitos. Según datos de la Fundación Heifer Ecuador, algunos animales presentan ojos arcos, pequeñas orejas, defectos en las pesuñas y hasta seis colores de fibra.
Según Martha Pacheco, gerente de la Fundación Heifer Ecuador, la industria indígena está siendo perjudicada por la falta de nuevos reproductores en las comunidades. Otro de los problemas es la demora en la clasificación de la fibra y elaboración de los gorros, bufandas, suéteres y otros productos.
Pacheco recuerda que en el 2013 el Ministerio de Agricultura Ganadería Acuacultura y Pesca entregó a las comunidades 200 alpacas traídas del Perú.
El propósito fue la renovación de la sangre con las alpacas que había en el país. “Los animales fueron entregados a ciertas comunidades pero ya tenemos los problemas de consanguinidad. El financiamiento se nos está acabando y ya no sabemos de dónde sacar dinero para traer nuevos reproductores”, dijo Pacheco.
Para mejorar la situación, los indígenas y los directivos de la Fundación Heifer Ecuador compartieron 18 camélidos a la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Técnica de Cotopaxi (UTC).
Los animales son parte del primer Centro de Investigación y Mejoramiento Genético en Alpacas que se inauguró el jueves 7 en Latacunga.
Alonso Chicaiza, coordinador de Medicina Veterinaria de la UTC, indica que los indígenas entregaron los mejores ejemplares al centro de estudios superiores.
Los cuatro machos y 18 hembras serán sometidos a montas controladas y al análisis en los laboratorios. El docente de la UTC explica que en las comunidades es difícil hacer ese tipo de investigaciones.
Magdalena Pilataxi, presidenta de la Asociación Sumak Llama, arribó con 12 socias al campus universitario. Vestía un anaco negro, un rebozo de color rojo y un sombrero blanco. Se movilizaron en camionetas desde la comunidad Jatari, en la parroquia Calpi, de Riobamba.
“Estamos teniendo problemas con los animales porque no tenemos machos. Algunos se están emparentando entre familiares y eso nos está perjudicando. Queremos que nos ayuden con el mejoramiento genético”, indica Pilataxi.
Otro grupo de alpacas fue entregado por los indígenas de las comunidades de Salcedo, Pujilí y Latacunga, en Cotopaxi. Alcides Chacha, técnico de la Unocan, no descarta entregar otros camélidos para las investigaciones. “Tenemos muchas esperanzas en que salgan nuevas alpacas”, indica Chacha.