Un ingrediente se suma a la mesa ecuatoriana por su sabor y su aporte nutricional, pero sobre todo por su versatilidad. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO
Las perchas de los mercados y tiendas de alimentos saludables abren cada vez más espacio para el yogur griego elaborado en Ecuador, un producto más espeso y menos ácido que el yogur natural. Es tan versátil que se adapta tanto en la cocina de dulce como de sal.
El nombre del yogur tiene una raíz turca ‘yog’ que se traduciría como condensado o intensificado. Según la revista Bon Appétit, también se le conocía como ‘oxygala’, que se refiere a la leche ácida y era consumida de forma popular por las sociedades de la antigua Roma, Grecia y Egipto.
Hoy llega a las mesas ecuatorianas incluso con una variedad de sabores. Sebastián Andrade, propietario de Kaarú yogurt griego, explica que mantienen las combinaciones con limón, mora, piña y vainilla. Eso sí, continuamente siguen experimentando nuevas versiones para el paladar local.
Añadir pulpa o jugo y combinar con el yogur griego clásico permite crear batidos más aterciopelados con un gusto diferenciado. Para María Gloria Dueñas, chef de Super Foods, el yogur griego da una textura suave a las comidas. Sugiere su combinación con pulpas de tomate de árbol o en un bowl de frutas locales.
Para la chef, el auge de este producto ha sido clave junto a la creciente preocupación de los comensales por las dietas saludables. La versión griega no solo difiere en su textura con el yogur tradicional, sino que aporta con mayor cantidad de proteína y, asimismo, es bajo en grasas.
Gregorios Grigoriadis, propietario de Suvlaki, explica que la principal diferencia entre ambos yogures es que al griego se le retira completamente el suero. En este paso se pierde grasa y acidez.
Grigoriadis señala que en Grecia existen preparaciones muy tradicionales que se comen diariamente. Una muestra es el tzatziki, una salsa que usa como base el yogur y se combina con sal, pimienta, aceite de oliva y pepinillos. También está el postre de yogur con nueces y miel, que se consume también como desayuno por su delicado sabor.
El tzatziki es una salsa base que se combina con diferentes platillos, ya sea con pan pita para picar, con carnes o en sánduches como aderezo. La combinación de texturas da como resultado una salsa sedosa que recubre a sus acompañantes.
Dueñas recomienda el uso del yogur en ensaladas, sopas o postres. Para un aderezo, lo combina con pepinillo pero se aromatiza con menta y un toque ácido del limón hace que contraste con cualquier ensalada con una cama de lechugas.
Este ingrediente es útil para reemplazar recetas con mayonesa o leche, como en tortas o cheesecakes. Andrade explica que para este último postre se pueden crear versiones con yogurt griego congelado: utilizando la misma base de masa de galleta molida, se congela una capa de yogur de sabor y se va añadiendo otra a medida que se desee para combinar distintos sabores.
Andrade señala que, en cuanto a postres, los helados son uno de los más fáciles de adaptar al yogur. Se utiliza la misma receta que da como resultado final un helado más cremoso e incluso más saludable.
Las opciones son infinitas cuando se trata de este ingrediente, que se ha ido colando en la mesa ecuatoriana. Si no conoce las recetas, una opción es comerlo directo del envase y con cuchara, ya que es un snack completo y sutil.
Aderezo
De yogur, en ensalada de rúcula, pimientos, tomate, aguacate. El yogur lleva aceite.
Extras
La ensalada griega está compuesta por pepinillo, tomate cebolla y orégano con yogur de aderezo.
Super foods
La chef María Gloria Dueñas prepara un desayuno con frutas y yogur griego de mora. Las frutas varían según los gustos.
Suvlaki
Gregorios Grigoriadis ofrece el postre tradicional de Grecia con miel y nueces, así como una versión adaptada con frutas de temporada para los comensales.
Sopa
El yogur se añade al servir la preparación (como crema agria) en una sopa de lentejas.
Salsa
El tzaztiki se elabora mezclando el yogur con pepinillo, aceite de oliva, ajo, sal y pimienta.