Los dulces se pueden cocinar en frío, mostrando un recetario más sencillo y cercano a la gente. Foto: Armando Prado/ Sabores.
El término ‘no bake’ se traduce como ‘sin hornear’. Estas dos palabras se han popularizado en las redes sociales dando a conocer recetas relacionadas a la cocina fría, especialmente utilizada para la elaboración de postres.
Sayana Burgos, chef repostera y coordinadora de la carrera de panadería en CTS Culinary Trainer School y CPS Culinary Pastry School, explica que si bien este estilo de cocina no es reciente, la etiqueta de #nobake en Internet ha permitido difundir la cocina fría para un público que carece de tiempo para preparar platillos complicados.
Considera que además con el ‘hashtag’ las personas se acercan a recetas que antes no se habrían considerado dentro de su menú y como consecuencia “le pierden el miedo a la cocina”.
Dentro de esta gama de productos se incluyen mousse, cremas, gelatinas, postres en vaso o pasteles como la marquesa de chocolate. La chef repostera Cristina Cerón, profesora del Instituto Superior Mariano Moreno, comenta que el platillo es popular en Venezuela. Una composición de mantequilla con leche condensada, chocolate derretido y café soluble arman un tipo de masa que se combina en capas con galletas de vainilla dando poco a poco la forma de una torta.
Bocaditos de oreo: Galletas machacadas que se mezclan con mantequilla, chocolate blanco líquido y queso crema. Se deja enfriar y se les da la forma deseada. Toman 15 minutos aprox. Foto: Armando Prado/ SABORES.
Al eliminar el uso del horno, la creatividad fluye para que los tipos de cocción sean diversos. En ciertos casos se utiliza un poco de calor de hornilla, por ejemplo para elaborar galletas. Mezclas en las que interviene cacao en polvo con mantequilla de maní y avena se funden con un toque de calor. Formando galletas que únicamente requieren de frío para poder consumirlas.
Ambas chefs concuerdan que otro de los platillos más comunes son los cheesecakes. La versión que no lleva horneado requiere de mínimo dos horas de refrigeración, pero el tiempo de preparación toma menos de 15 minutos y el tiempo de refrigerado se puede aprovechar.
Burgos recomienda añadir ‘pops’ de amaranto en la base de las migas de galleta, pues aumenta textura y es una manera de apropiarse del postre con un ingrediente autóctono. Cerón, por su parte, indica que al servir el cheesecke en vasos se diversifican las posibilidades de este platillo.
Ella lo combina con piña pasada por un hervor, que añade un toque ácido para balancear el dulce. Entre la rapidez y el sabor, el uso de galletas en los postres ‘no bake’ permiten dar una nueva vida a ingredientes que están al alcance de la mano.