Los chefs toman el sabor de la bebida de Finados para elaborar manjares innovadores y deliciosos. Foto: Diego Pallero / Sabores
El aroma de las especias, el color del mortiño y el sabor de la colada morada inquietó a los chefs, quienes han propuesto recetas inspiradas en la bebida tradicional de Finados. La creatividad no solo se expande al uso de ingredientes que se popularizan en la temporada, sino que la receta original se deriva hacia postres que encantan incluso a los más escépticos.
Cupcakes, ‘pies’, helados y hasta chocolates pueden crearse a partir de la receta de la querida colada morada. En cada bocado aparecen las texturas aterciopeladas o las frutas que recuerdan a la bebida.
La chocolatier Idaly Farfán vio en la colada una oportunidad para llevar el postre a nuevas generaciones. “Debemos seguir comiendo la colada original, pero esta es una alternativa para quienes no les gusta ciertos frutos”. La chef trabaja construcciones de colada morada en cupcakes y bombones.
Asegura que la clave para mantener el sabor está en el uso de la harina de maíz negro. Para sus cupcakes, por ejemplo, usa las frutas en almíbar de la piña, el babaco y la frutilla; el jugo de la mora, el mortiño, la guayaba y la naranjilla; la infusión de hierbas como el naranjo, arrayán, hierbaluisa y el ataco. Incluye colada morada previamente hecha, lo que da un sabor más familiar a la mezcla.
Felipe García, chef de De La Llama, quiso intensificar los sabores de la colada en un ‘pie’. Lo elabora con un relleno espeso que incluye todos los ingredientes de la colada en una reducción hasta conseguir una mezcla pastosa y aromática. “Se puede hacer algo nuevo que rinda honor a este plato. La idea es que sea balanceada y sorprenda”. El plato lo venden a domicilio y se acompaña de una guagua de galleta de canela.
Otra opción es la de convertir la colada en helado. Ese trabajo se realiza durante todo el año en la heladería Dulce Placer. María Esther Fernández, creadora de la receta de la colada que se utiliza en esa firma, explica que la idea nació para rescatar preparaciones de tradición. “Queríamos mostrar lo que se puede hacer con nuestra fruta”, dice Fernández.
La colada se combina con hielo para procesarla en helado. El color se vuelve más blanquecino pero mantiene el gusto. La receta pasó de una bebida caliente de la mañana o tarde a un postre refrescante. Un toque divertido lo añaden las miniguaguas de pan, con las que se decora el helado .
De esta manera, la colada se toma los recetarios para dejar su aroma y sabor impregnado más allá de la bebida.