Estos platillos ofrecen variedad y estilo. Son una alternativa para crear un menú innovador que sorprenda en el Día del Padre. Foto: Patricio Terán/ SABORES.
Una combinación de mariscos, cárnicos y postres forma un menú ideal para celebrar el Día del Padre. Para no conformarse con una sola opción, las picadas funcionan de manera ideal para ampliar la gama de platillos en la mesa. No son simplemente un abrebocas, sino que proponen un recorrido por sabores que no se consumen todos los días.
Para Ángel Valdiviezo, chef ejecutivo del Mercure Hotel Alameda, las fechas importantes son una oportunidad para probar productos ecuatorianos en versiones novedosas. “Dar a conocer los productos de comida tradicional también es dar identidad a nuestros alimentos”, dice. El queso manaba, por ejemplo, lo trabaja para hacerlo más cremoso y combinarlo con unos crepes de fréjol. De este modo, es un platillo de contrastes dulces y salados, que funciona tanto para la mañana como para la tarde.
Si de mariscos se trata, una de las preparaciones favoritas para consentir a papá es el cebiche. Valdiviezo añade un crujiente de queso holandés para acompañar al cebiche de calamar y dar textura al platillo ecuatoriano. El pernil también se reversiona en un estilo de rollo con tortilla de maíz.
Hasta el cuy puede formar parte unas picaditas especiales. El chef del restaurante Theatrum, Héctor Ramírez, propone unas piernitas de cuy -que se desmenuzan en la boca- en salsa de maní y acompañadas con papas. Funcionan también en estilo brochetas, como acompañantes.
Para Ramírez, los postres también forman parte esencial de un festejo. Considera imperante aprovechar la variedad de frutas que se producen en el país. Ofrece un menú con un postre elaborado a base de cinco frutas en diferentes estados, para dar nuevas sensaciones a los sabores ya conocidos: guanábana en espuma, babaco en almíbar, dulce de guayaba, sorbete de naranjilla y helado de chirimoya.
En la variedad está el gusto, y las picaditas permiten ahondar en la experimentación con platillos que encantan, sorprenden y, de manera especial, se acomodan al gusto de cada padre de familia.