Fiestas de Quito con cocteles

Nicolás Castro de Chosen Bar combina maracuyá con aguardiente. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Nicolás Castro de Chosen Bar combina maracuyá con aguardiente. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Nicolás Castro de Chosen Bar combina maracuyá con aguardiente. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Los cocteles elaborados a base de aguardiente se presentan como opciones para brindar por las fiestas de Quito. La tradición capitalina ha mantenido como bebida ‘oficial’ de celebración al canelazo, que se prepara con infusión de canela con azúcar y aguardiente de caña. Algunas variaciones aumentan jugos de frutas como naranjilla o maracuyá.

El canelazo, sin embargo, puede ser reemplazado por otras preparaciones que contengan aguardiente pero que resulten tan sabrosas y festivas. Andrés Oña, bartender profesional, propone una mezcla a la que denomina Quito Bitter en la que utiliza aguardiente de caña de azúcar de la provincia de Bolívar y un endulzante natural como el almíbar de vainilla.

Agrega un toque amargo que le otorga un vermouth (vino macerado en hierbas). Este da como resultado un sabor sobrio y elegante como aperitivo.

Oña señala que el aguardiente se presta para transformar la coctelería local. Utiliza el vermouth Punt a Mes italiano que vuelve más delicado el sabor del licor. Pero el aguardiente de caña no solo combinan con otros licores, sino que son una amalgama perfecta para las frutas: zumos de tomate de árbol, naranjilla o el capulí se fusionan con este licor.

Carlos Roldán, ‘bartender’ de La Purísima, considera que a la ciudad se le debe festejar no solo con nuevas creaciones, sino también recuperando antiguas recetas. En su carta propone el ponche santo para el brindis. Este nombre nace de una bebida tradicional de las fiestas de la Colonia en la capital, que combinaba el aguardiente con nuez moscada.

Roldán señala que la especia entrega un aroma característico que reduce la fuerza del aguardiente, lo que convierte a la mezcla en un coctel delicado al paladar. En esta elaboración, Roldán señala la necesidad de utilizar aguardiente de Imbabura. “El aguardiente de Íntag es más dulce” y entrega un sabor diferenciado al coctel.

La combinación de aguardiente con agua mineral ayuda a refrescar el sabor y equilibra las mezclas preestablecidas, señala Oña. Esta versión multiplica las opciones entre los profesionales de la coctelería.

El aguardiente resulta refrescante en preparaciones como el fizz, dice Oña. En esta versión cargada de hielos y clara de huevo los sabores frutales se mezclan para hacer de la bebida un coctel jovial.

La clara ayuda a crear espuma de sabores sutiles y agradables al paladar. A esta preparación se añade agua mineral para mantener y resaltar la efervescencia en la bebida.

Nicolás Castro, mánager de Chosen Bar, mezcla también su aguardiente con agua mineral, además del té de maracuyá, sustancia que añade un toque frutal, ácido y astringente.

La presencia del aguardiente en las celebraciones quiteñas puede evolucionar y transformarlo en una bebida delicada, burbujeante o refrescante, pues se adapta a toda ocasión.

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