Y aparecería el mesías…

El voto de los candidatos con bajo apoyo en la primera vuelta se torna vital para la segunda, que será altamente disputada. La mayoría de ellos, ya definieron su adhesión a Lasso. Sin embargo, el aprendizaje de la primera vuelta es que la gente toma en cuenta poco a sus candidatos o dirigentes, para tomar sus decisiones. Hay un electorado, que más allá de su ideología define su voto por consideraciones éticas, democráticas, estratégicas y pragmáticas. Uno de ellos, es el de Paco Moncayo, que pocas semanas antes de las elecciones sumó un 15% de apoyo al General. Sin embargo, el día de la votación, un 50% de este grupo migró a favor de Lasso, candidato que se posicionó como ungido para la segunda vuelta. El tema prioritario para este electorado era derrotar al gobierno.

En la segunda vuelta, el 6,7 % de apoyo a Moncayo es clave. Es un voto donde su ubica la izquierda dura y sectores democráticos de centro izquierda. Buena parte de los partidos de este sector, con excepción de la Izquierda Democrática, ya se han definido por Lasso. Incluso Moncayo luego de muchas dudas. ¿Pero cómo actuará este electorado?

En este grupo diverso la duda es intensa. Unos apostarían por el voto nulo, algunos por Moreno y los más pragmáticos, la mayoría, con el dolor de la ideología, irían por Lasso. La motivación más potente gravita en la urgencia de la restitución de la ética y de la democracia, más aún luego de la duda creada sobre el proceso electoral a partir de las destituciones a los generales del Ejército y de las declaraciones de Pedro Delgado sobre el entramado de la corrupción, que inducen a pensar que esta se expande.

Este electorado está harto del régimen. Quiere que se vaya como sea. Vistas así las cosas, en las próximas semanas crecería el voto contra el gobierno. Este es un voto crucial y de calidad. Es un voto democrático, que rechaza el autoritarismo del Estado, pero desconfía del mercado como regulador de la economía y de la sociedad. Con un voto de estas características el triunfador, estaría obligado a leer con precisión el hecho.

Si Lasso gana, tendría un camino extremadamente complicado para ejercer la presidencia. La maquinaria de AP incrustada en el Estado hará imposible la gobernabilidad en medio de la crisis económica y moral. La salida pasa por la política, por desmontar el aparato autoritario. Por lo que la agenda democrática, serálamayor convocante a la unidad de múltiples sectores para recuperar las instituciones hoy controladas por el correísmo. Se habla de una Asamblea Constituyente. Semejante operación demanda de un gran concertador, que conciba a su gobierno como transición del autoritarismo a la democracia.

En ese escenario Lasso debería responder al desafío. Si no, se derrumbaría en poco tiempo. Y apareceríael mesías.

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