El presidente Barack Obama dice que es comprensible que el caso Snowden sea una historia fascinante para el periodismo y hecho a la medida para una película de televisión; sin embargo, la prensa no ha logrado todavía descifrar sus complejidades. Hay muchas preguntas sin respuesta y demasiadas contradicciones. Nadie sabe por qué el espía que hizo una carrera exitosa en la CIA y aseguraba que “deberían pegarles un tiro a los que revelan documentos secretos”, de pronto, tiene problemas de conciencia y decide que el público tiene derecho a saber lo que se hace en su nombre y en su contra. Los periodistas no dejan de preguntarse: si el presidente Obama está construyendo un sistema de vigilancia, como dice Snowden, ¿quién atenta contra su país, el que construye el sistema masivo de vigilancia, o el que informa a los ciudadanos que se está construyendo? Otra de las contradicciones de Snowden está en la curiosa decisión de buscar transparencia viajando con los documentos robados a China y Rusia que no son modelos de respeto a la privacidad, ni del derecho de los ciudadanos a estar informados. En China son expertos en ciberespionaje para aprovechar tecnología y Rusia está gobernada por el exjefe de la KGB, la agencia de espionaje más famosa del mundo. Seguramente después de copiar los documentos de Snowden, el espía y sus principios perdieron valor; China le dio un vuelo seguro a Moscú y Rusia le dejó en la zona de tránsito hasta que algún país se haga cargo de la confrontación con Estados Unidos.
La prensa internacional tampoco ha logrado descifrar el interés de Snowden por obtener asilo en un país como Ecuador que acaba de aprobar una ley que sanciona la difusión de documentos secretos y sanciona no solo al soplón sino al medio que lo publica. Gracias a esta paradoja, la nueva Ley de Comunicación se ha hecho conocer en todo el mundo.
La doble moral es tan común en la política que resulta difícil saber a quién se refieren aseveraciones como esta: “Lo que temen son las filtraciones que les avergüenzan o exponen sus errores o sus inmoralidades. Esas son las filtraciones que llevan a los tribunales. Todo está diseñado para que la información que nos llega a los ciudadanos sea solo la información que el Gobierno quiere hacernos conocer, la que le hace quedar bien”. Son expresiones del periodista Glenn Greenwald sobre Obama y su gobierno.
Aunque el Gobierno ecuatoriano se ha distanciado de Snowden al declarar sin valor el documento firmado por el Cónsul de Londres, no ha renunciado a la posibilidad de concederle asilo. Ecuador se aleja de Estados Unidos al renunciar a las preferencias arancelarias de la Atpdea para más de seis mil productos ecuatorianos. Nos tocará invertir la frase atribuida a Porfirio Díaz sobre México y clamar: pobre Ecuador, tan cerca de Dios y tan lejos de Estados Unidos.