¿Y la planificación?

¡Hay que diferenciar bien las cosas! No se trata de decir que las afirmaciones sean erradas o imprecisas, pero sí se trata de sostener que fácilmente la obra pudo ni siquiera llegar a 'ver la luz pública' como dicen los sesudos críticos literarios.

Para muestra de esta última aseveración basten realmente dos botones de prueba. Uno es que el personaje a quien le correspondió establecer el organismo -la Junta Nacional de Planificación Económica- era con toda la vehemencia de su temperamento -la alusión corresponde al doctor José María Velasco Ibarra- un declarado enemigo de lo que él llamaba 'la planificación libresca'. La otra muestra es que la universidad cuyo Instituto de Investigaciones se encargó de preparar el libro, fue una de las desaparecidas como consecuencia del 'ranking' de esas entidades, que ha sido apasionadamente discutido.

El propio rector, Jorge Enríquez Páez, hizo a su momento con gran economía de palabras y también serenidad de juicio, la historia de la iniciativa, pero precisó que no hubo la oportunidad de publicarla porque el 12 de abril del 2012, el Senescyt 'intervino' en aquellas universidades, cuando virtualmente el trabajo ya estaba concluido, bajo la dirección del Dr. Lautaro Ojeda Segovia, los investigadores Daniel Acosta Fuertes y Juan Pablo Pinto y la asesoría puntual de Eduardo Santos Alvite, Alfredo Mancero y Wilson Miño, así como Patricio Herrera Crespo.

En cuanto a las grandes líneas de la estructura, es muy fácil notar el paralelismo entre las sucesivas administraciones del Ecuador y las peripecias de la planificación.

Ya el estudio del Dr. Santos Alvite, precisa con vigor que cuando los años cuarenta del siglo XX nuestro país vivió dos tragedias simultáneas: la invasión militar peruana y el protocolo de Río de Janeiro, así como la brusca caída de las exportaciones de los sombreros de paja toquilla, lo que obligó a ejecutar una acción estatal para hacer frente a la crisis que padecían los productores de Manabí y del Azuay.

Una década más tarde el Dr. Velasco Ibarra inspirado por su cultura francesa y por el milagro francés y holandés "que hicieron de la planificación la columna vertebral de su prodigioso crecimiento y desarrollo, a tal punto que el primer director de la Junapla, fue un francés". Luego se encargaría el Dr. Germánico Salgado Peñaherrera y para entonces, además, se habían abierto las primeras Escuelas de Economía.Mediante Decreto-Ley de Emergencia, del 29 de mayo de 1954, el Dr. Velasco Ibarra creó formalmente la Junapla, y con posterioridad se dio lugar a diferentes cambios institucionales y aún de estilo, según ocurriera con los gobiernos que se han sucedido desde entonces.

Seguramente con exceso de optimismo se califica a la época más reciente -la del presidente Correa- como la "propuesta refundacional", pero también se hace notar que todavía no existe una evaluación rigurosa del objetivo titulado como "buen vivir", que ha caracterizado a esta administración y lo continúa haciendo.

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