Apenas comenzado el nuevo año, Antonio Vásquez -quien suele ostentar el título de ‘El Brujo Mayor’ de México- al revelar sus predicciones ya dijo: “Barack Obama no logrará la reelección”; llevando así la contraria a una opinión difundida entre países meridionales de nuestro continente.
Hágase o no caso de lo pronosticado por ‘El Brujo Mayor’, luego del aplastante triunfo de Mitt Romney en el estado de la Florida, en pos de la candidatura del Partido Republicano, su esposa, la guapa Ann, no vaciló en presentarle como el próximo Presidente de Estados Unidos”.
Tratándose de una materia tan voluble y sorpresiva, bien puede ocurrir que un anuncio y otro pequen de prematuros, cuando falta un trecho muy largo para las elecciones de noviembre, pero se demuestran lo aleatorio de los resultados de los comicios.
Por cierto que dentro de los países donde existe la posibilidad de la reelección inmediata para quienes estén ocupando la magistratura – y estos son los casos de EE.UU. mismo, y de Venezuela y de Ecuador y de otros –no puede hablarse de una competencia perfecta ni de plena ortodoxia democrática puesto que quienes desempeñan funciones tienen una ventaja fundamental sobre los demás aspirantes: su continuada ‘presencia’, la innecesaria urgencia de ‘hacerse conocer’ por la multitud de votantes, aun si se prescinde de la tentación de aprovechar los recursos económicos y los mecanismos del Poder, en beneficio de la propia candidatura.
La campaña estadounidense copa la atención durante muchos meses, puesto que es preciso antes ganar la candidatura oficial del Partido al que pertenece el propio aspirante. Tradicionalmente son dos estas formaciones cívicas: unos se llaman a sí mismos los ‘demócratas’ y los otros los ‘republicanos’, sin que hubieran faltado unas pocas ocasiones cuando se hayan intentado ‘terceras fuerzas’ o ‘terceras alternativas’.
El actual mandatario, Barack Obama, pertenece a las filas de los demócratas y, paradójicamente, hay quienes creen que su principal lastre está constituido por las muchas expectativas que generó su triunfo anterior y la insatisfactoria medida en la que se han materializado aquellos anhelos. Obama llegó al mandato de la principal potencia del mundo, distinguido por muchos factores que le singularizaban y por las aspiraciones de grupos que se consideraban preteridos dentro del escenario estadounidense, como los pobres, los inmigrantes, los latinos de modo más focalizado, los golpeados por las diversas crisis que están azotando a la humanidad, los negros, entre otros .
A su vez, los ‘republicanos’ están enfrascados hasta el cuello en la tarea de escoger a un candidato que reúna las diversas tendencias del Partido y que pueda dar una batalla exitosa contra Obama. Se calcula que los demócratas son más numerosos que los
republicanos.
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