Nada le resultó a Arabia Saudita. Los altos precios del petróleo alentaron a las petroleras a desarrollar la técnica de extraer crudo de esquistos, aumentando las reservas potenciales mundiales. Sintiéndose amenazada, en 2014 Arabia Saudita optó por defender mercados a costa del precio, buscando quebrar a la industria de esquistos. El precio del petróleo se desplomó.
Basta un año para virar la página, aseguró la OPEP. El gobierno ecuatoriano creyó, y buscó superar el bache con agresivo endeudamiento externo. Al año y medio de esta estrategia, el petróleo se estabilizó en eso de USD 45 (el WTI), sin perspectivas que caiga la producción mundial. Arabia botó la toalla y volvió a defender precios, mediante cuotas de producción. Exportadores- OPEP y no OPEP- dolidos en sus arcas fiscales, fueron receptivos, acordaron reducir su producción desde enero 1 de este año. El mercado se impresionó y el petróleo subió unos USD 7 por barril. La alegría duró dos meses. En marzo, hay evidencia que a ese precio, la producción de crudo de los EE.UU. está subiendo gracias a los esquistos: el precio del crudo se desplomó. Ayer el WTI abrió a USD 48, con tendencia a la baja. Hoy vendemos a precio bajo y producimos menos.
Primera conclusión: el precio internacional del petróleo fluctuará entre USD 45 y USD 55 en el futuro previsible: la esperanza que retorne y se mantenga sobre los USD 100, es un sueño de perros.
Segunda conclusión: a ese precio, la industria petrolera mundial puede mantenerse, pero al Ecuador no le queda renta petrolera.
Buena parte de la producción del próximo gobierno y del que venga luego está comprometida para pagar los fondos que nos prestaron los bancos chinos (“venta anticipada” llamamos a esta deuda). De lo queda, hay que pagar a las contratistas. Solo con Schlumberger estamos atrasados USD 1 mil millones. Hay que pagar los combustibles que importamos y vendemos con subsidio, y cubrir el abultado presupuesto de las dos compañías, puesto que al gobierno no le bastó Petroecuador, ahora hay Petroamazonas. Ambas hacen lo mismo.
Si se mantiene el precio actual, el precio promedio de nuestro crudo será similar al de 2015 (USD42). A ese precio, en 2015 no quedó renta para el Estado.
Tercera conclusión: para crecer, la economía necesita importar insumos y bienes de capital. Si crecemos, aumenta el consumo, y también aumentan las importaciones. Por lo que no hay cómo crecer si no aumentan los ingresos de divisas por exportaciones de bienes (flores, banano,etc.), de servicios (turismo) e inversión extranjera.
No reconocer esta realidad, y no ser proactivo en incentivar las exportaciones, nos sumirá en una recesión interminable. Es necesario que el próximo gobierno abra la economía, impulse las exportaciones, atraiga inversión.