La biografía de nuestro narrador y fabulista mayor, Gabriel García Márquez (Gerald Martin, Londres, noviembre 2008, Edit. Bloomsbury). El biógrafo inglés dedicó 17 años para producir cerca de 3 000 páginas de las cuales sólo se publicaron 664. Aunque la investigación se hizo toda en español, idioma que Martin domina académica y coloquialmente, el libro se publicó en inglés, lengua materna de este profesor de Lenguas Modernas de la Universidad de Pittsburg y de la Cátedra de Estudios Caribeños de la Universidad Metropolitana de Londres.
La obra de Martin, quien tiene publicado un excelente trabajo sobre Miguel Ángel Asturias, es un documento muy bien organizado, interesante y grato de leer.
“Éramos como dos sobrevivientes de una catástrofe”, dice Mercedes Barcha, la legendaria esposa del Gabo, refiriéndose al especial momento de 1966 cuando estaba con él en la oficina de correos, enviando el manuscrito de Cien años de soledad a Buenos Aires. El paquete contenía 490 páginas y cuando el despachador dijo: “Son 82 pesos”, García Márquez miró a Mercedes quien buscaba el dinero en su cartera y se da cuenta que tenían 50 pesos, tendrían que conformarse con enviar sólo una parte del manuscrito. El Gabo hace que el hombre retire las páginas de sobrepeso, como lonjas de tocineta, hasta quedar en los 50 pesos. Regresaron a casa y empeñaron un secador de pelo, una licuadora y la calefacción y volvieron al correo para enviar el resto. Una vez fuera de la oficina postal, Mercedes se vuelve y dice a su marido: “Ahora, Gabo, lo que falta es que el libro no sea bueno”.
Cuando a García Márquez le mencionaban el nombre del biógrafo, solía comentar en broma: “Bueno cualquier escritor que se respete debe tener un biógrafo inglés”, y tal vez tenía razón, porque la magnitud y calidad de lo aportado por Martin hacen honor a esas palabras. Martin reseña el carácter y personalidad de los familiares más cercanos, destacando la importancia de sus abuelos maternos, el coronel Nicolás Márquez y Tranquilina Iguarán, en la formación del carácter del Gabo. Hay una anécdota sobre su abuelo, narrada por García Márquez a su amigo, el escritor peruano/español Mario Vargas Llosa: resulta que el coronel Márquez era bastante dado a enamorar a las mujeres en Aracataca y cuentan que una vez enamoró a una mujer casada, lo que se convirtió en la comidilla. Ante ello, el hijo de la señora vociferó abiertamente que mataría al coronel; el abuelo del Gabo, según explicó el propio escritor, tuvo que meterle unos tiros al joven o de lo contrario arriesgaba su vida. La versión introduce una variante que probablemente ni el propio Gabo conociera: al encontrarse el hijo de la señora con el coronel Márquez, este le pregunto al joven si se estaba armado, el muchacho respondió que no; en ese momento cuando el coronel sacó su revólver y le disparó dos tiros. El coronel paga condena por un año y luego se marcha por varios años de Aracataca, para regresar al cabo de un tiempo y continuar su vida anterior.