Cuando quien esto escribe cursaba su educación primaria y secundaria en la remota década de 1933-1943, los textos escolares de historia ponían especial énfasis en la palabra ‘conquista’ que creaba en los estudiantes una psicología de frustración y anticipada derrota: la conquista de los incas, la de los españoles…
Al estudiar la masacre de Yahuarcocha se daba más relieve al número de víctimas caranquis que al vigor de la resistencia del Reino de Quito a la agresión del incario. En vez de la consigna “¡Jamás otra Yahuarcocha!” se despertaba el sentimiento patriótico potencializando el cuantioso derrame de sangre.
El colapso militar de 1941 y su grave consecuencia, el sacrificio del Ecuador en Río con la suscripción forzada del protocolo que nos negó acceso al Amazonas, tuvieron entre otras causas esa nefanda orientación hacia la derrota, tan difícil de vencer luego de más de un siglo de frustraciones creadas por la misma incansable repetición de una enseñanza equivocada, sin ánimo de reacción o rechazo.
Cuando el presidente Velasco Ibarra valientemente proclamó la nulidad del Protocolo de Río, todo el país se levantó como un solo hombre para apoyar esa necesaria rebeldía, la misma que iluminó a América el 10 de Agosto de 1809. Durante los largos años de mi magisterio sobre Historia del Ecuador procuré de modo firme y tenaz inculcar en mis alumnos de todas las edades el empuje indispensable para trocar la psicología del ‘conquistado’ por el vigor del ‘insurgente’ que ofrece resistencia indomable en todos los casos de agresión, tesis aprendida de las grandes figuras de la nacionalidad y compartida por muchos. Cuando tuve el honor de ser nombrado profesor de Historia del Colegio Militar Eloy Alfaro, época en la que el entonces mayor Paco Moncayo Gallegos era director de Estudios, tuve la magnífica oportunidad de escribir, en la revista oficial del primer centro de instrucción militar del Ecuador, un artículo que enfocaba la posición nacional frente a los intentos extraños de agresión, fundamentalmente desde el punto de vista de la ‘resistencia’, puntos acogidos con vigor por la oficialidad joven de nuestras FF.AA., entre cuyos dirigentes de entonces estaba el futuro general José Gallardo Román con quien habíamos coincidido desde antes en la posición de rebeldía contra la agresión.
Cuando años después volvieron a producirse ataques a la integridad territorial de nuestra Patria, la doctrina de la ‘resistencia’ se expresó gloriosamente con la victoria en el Cenepa, título con el cual el Ejército ecuatoriano acaba de publicar un libro de gran formato, elegante y bien ilustrado, en el que colaboran varios de los entonces jóvenes militares, hoy generales, entre ellos Gallardo y Moncayo. Ofrece el libro el Gral. Patricio Cárdenas. Felicitamos a nuestras gloriosas fuerzas armadas por aquella campaña y este libro.