Sin precedentes. Mediante Decreto el presidente Correa asigna al vicepresidente Glas la coordinación de todo lo relativo a la producción e inversión. Queda fuera la política macroeconómica.
Rara vez un Primer Mandatario muestra tanta confianza en su ‘vice’. Lo normal en el Ecuador ha sido desconfianza. El peor caso en 50 años fue el de la última presidencia de Velasco Ibarra. En aquel entonces se elegía Presidente y Vicepresidente en distintas papeletas, y el Dr. Zavala Baquerizo, liberal, fue electo vicepresidente. Velasco lo marginó absolutamente.
Con Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado, cada uno aportó su propio equipo al gobierno y entre equipos hubo pugnas. Hurtado debió circunscribirse a la planificación; se cambiaron los papeles cuando Hurtado asumió la presidencia y León Roldós fue nombrado vicepresidente.
León Febres Cordero acusó a Blasco Peñaherrera de conspirador, en mi criterio injustamente. Borja se llevó muy bien con Luis Parodi, prestigioso ingeniero de la Espol, y le encomendó proyectos de infraestructura, en lo que era versado.
Los tres primeros mandatarios elegidos antes que Correa estuvieron siempre en la cuerda floja y los ‘vices’ en espera de una posible sucesión, como se dio en los tres casos aunque la de Rosalía Arteaga fue efímera.
El vicepresidente más poderoso fue Dahik, lo que llevó a EL COMERCIO a ofrecer un muy interesante reportaje comparándolo a Glas. Pero son casos totalmente distintos.
Cuando Durán Ballén se posesionó, el liberalismo económico estaba en su momento pico, con Salinas de Gortari, Menem y Fujimori. Sixto consideró que debía seguir la tendencia, aunque él no era de esa doctrina. Por lo que dio carta blanca a Dahik en el manejo económico.
Dahik tuvo verdadero poder; Durán Ballén se abstuvo de participar activamente en el manejo económico. Pero cuando Dahik fue destituido, Sixto adoptó una política económica más afín a su manera de ser: tomar deuda para hacer obra pública.
A Glas, en cambio, le han delegado expresamente atribuciones en materia económica, en parte de lo cual tiene conocimientos y experiencia: los proyectos de ingeniería. Pero otros le son ajenos, como la política para la producción privada y en los que Correa tiene formación profesional al más alto nivel. Si el vicepresidente Glas no cumple con las expectativas presidenciales, el Presidente le restará atribuciones.
Las recientes decisiones del presidente Correa dan un mensaje confuso. Crea un Ministerio de Comercio Exterior, que en principio respondería directamente a él, y nombra a un funcionario ducho en el tema. Pero somete al Ministerio a la coordinación de Vicepresidente, poco versado en la materia.
¿Quién está a cargo de decidir si negociamos con Europa primero y Mercosur después?