El viaje a la Unión Europea

Contra el reloj y contra el calendario. Así se encuentra el gobierno ecuatoriano en su afán de cerrar el acuerdo comercial con la Unión Europea.

Precisamente hoy, una delegación del país encabezada por el ministro de Comercio Exterior, Juan Carlos Cassinelli, emprende un viaje hacia Europa para una serie de reuniones con representantes del bloque europeo. El titular de esa cartera de Estado tiene previsto dialogar con sus homólogos de ocho países europeos con un solo objetivo: acelerar la firma del acuerdo.

La aspiración de las autoridades ecuatorianas es que la rúbrica se logre antes de que termine el año, cuando concluirán las preferencias arancelarias que benefician a los exportadores.

Este sector, obviamente, está pendiente de los avances de los diálogos con la Unión Europea y sus representantes cerraron filas con el gobierno y manifiestan su apoyo a las reuniones que ha mantenido y mantendrá Cassinelli. La Unión Europea representa cerca del 30% de las exportaciones no petroleras del país y los exportadores están conscientes que es hora de apoyar los esfuerzos del Gobierno para mantener su cuota de mercado en los países que conforman la UE.

La tareas de las autoridades de comercio exterior es complicada. Aún existen temas a los que se los ha llamado irritantes, por lo complicado de su negociación. Cassinelli dice que ya están solucionados asuntos como el ajuste a la base de cálculo del impuesto a los consumos especiales para licores y las dudas que genera el Código Ingenios. Pero hay otros temas irritantes como los cupos para vehículos, la salvaguardias y los límites para la contratación de reaseguros en el exterior. A lo anterior hay que añadir la rigidez y el tiempo que la Unión Europea se toma para analizar cada tema que es parte del acuerdo comercial con Ecuador.

Mientras este nuevo viaje del ministro empieza, las agujas del reloj siguen su marcha y las miradas se concentran, al mismo tiempo, en la UE y en el calendario.

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