Propios y extraños reconocen y elogian la transformación de la red vial del país, una de las obras materiales destacadas del actual Gobierno.
Una excepción es la carretera Pifo – Papallacta, que forma parte de la arteria que constituye la principal entrada a la Región Amazónica, especialmente a las provincias del norte y centro, desde la Sierra y concomitantemente desde la Costa, ya que continúa inconclusa. Y se teme que, con el ritmo de los trabajos relativamente pequeños que aún faltan, demorarán por lo menos medio año más.
Esta arteria vial sirve a numerosas ciudades y poblaciones de la Amazonía y es fundamental para las tareas de explotación petrolera.
Además, permite el acceso de los numerosos turistas, en buena parte extranjeros, que concurren a los diversos sitios de belleza natural existentes en la zona, en especial a los balnearios de aguas termales de Papallacta, parroquia de la provincia de Napo, que cuentan con magníficas instalaciones.
Hace algo más de una década, el presidente de entonces, Lucio Gutiérrez, dispuso la construcción de una nueva carretera entre Pifo y Tena, pero fue depuesto antes de que culminen esa y otras obras que ofreció a sus coterráneos.
La pavimentación de la vía asumió la actual administración y casi de inmediato decidió el mejoramiento y ampliación de dos a cuatro carriles, más una ciclovía, que, en realidad, no utiliza casi nadie, como ocurre con los espacios destinados para el efecto en angostas calles de esta capital, mientras tanta falta hace para los automotores.
La nueva autopista tiene características de primer orden y está en servicio, pese a tramos relativamente cortos a medio hacer, de tal manera que es un paseo muy agradable para quienes están en plan de diversión o un viaje confortable para las personas que se movilizan con frecuencia por asuntos de trabajo, estudios, etc.
En el sitio conocido como El Tambo se ha construido un puente, pero faltan los accesos; en el punto de inicio de la vía, en “La Y” de Pifo, un pequeño tramo parece que no formara parte de la obra y sigue abandonado; falta la colocación de la carpeta asfáltica y la construcción de cunetas en varios trechos.
Lo más preocupante es la sensación de vulnerabilidad de algunos taludes, que hacen temer deslizamientos en la temporada invernal, con el agravante de que ya se han registrado accidentes lamentables.
Esto se escribe sin tratar de poner “peros” al trabajo efectuado, sino como insinuación para que se efectúen correctivos oportunos si la técnica así lo aconseja.
Los moradores de la zona de influencia de esta arteria vial opinan, con razón, que es justo y necesario un esfuerzo para la pronta culminación de esta obra prioritaria, más aún si se toma en cuenta, reiteran, que ha sido y es vital para la producción petrolífera, de la que se ha beneficiado todo el país.