En mayo 8, Human Rights Watch presentó un memorial de amicus curiae a la Corte Constitucional, relativo a los requisitos establecidos por las autoridades nacionales a los inmigrantes venezolanos. El amicus curiae tiene que ver que ante pedido de la Defensoría del Pueblo, la Corte dictó medidas cautelares que suspendieron el efecto de tales requisitos, y Human Rights le dice que está en lo correcto.
Venezuela, que hasta antes de la llegada de Chávez al poder era el país más rico de Latinoamérica, como consecuencia del socialismo del siglo XXI y la incapacidad de sus gobernantes, en 20 años ha descendido al nivel de los países africanos en la mayor miseria. Los enfermos crónicos de Sida, cáncer y otros males, mueren por falta de medicamentos; algunos se suicidan.
El valor del dinero se ha evaporado con una inflación de más de un millón por ciento; un salario no compra comida para una familia.
De 32 millones de habitantes, han salido del país 3,7 millones. La mayor parte fugan a pie por las fronteras; muchos se quedan en Colombia, otros siguen para el sur. De éstos, 250.000 se habrían quedado en Ecuador, el resto continuado al Perú. De los 250.000, unos 98.000 habrían regularizado su estatus, y 13.000 habrían pedido asilo.
Este gran influjo de extranjeros no ha sido bien recibido por la ciudadanía, por partida doble. Porque en un contexto de caída del empleo, el venezolano está dispuesto a trabajar en condiciones inferiores que el nacional, y éste ve una competencia desleal. Incluso, una amenaza a su puesto de trabajo. Y por el incremento de personas en las calles que mendigan una limosna.
Adicionalmente, hay los casos de asesinato, como el de una mujer embarazada en Ibarra y el de un funcionario judicial en Guayaquil, y numerosos robos denunciados en varias ciudades.
Hay que recordar, sin embargo, que Ecuador es país de emigrantes, y que esperamos que sean bien tratados los compatriotas que se radican en EE.UU., España o Italia. Cuando era próspera, Venezuela fue también destino de una fuerte inmigración ecuatoriana.
Por tener sus orígenes en una calamidad nacional, la migración venezolana no se limita a las personas que no pueden conseguir empleo, como es el caso de la ecuatoriana, sino que está compuesta de personas de todo nivel de preparación. Es más comparable a la migración cubana que convirtió al plácido balneario de Miami en una metrópolis.
Venezuela fue un país de mejores universidades que las nuestras y de una economía más compleja. Entre los venezolanos que han llegado hay médicos, educadores, administradores de empresas, obreros calificados. Es una migración de calidad. Seamos solidarios con los venezolanos que tocan a nuestra puerta. Nos ocasionan incomodidad y sacrificio hoy, pero con su aporte, el país será mejor.