Una periodista estadounidense graduada de The City University of New York vivió un año y medio en nuestra patria. En una columna de 4 257 caracteres con espacios, da cuenta de cómo nos ve. Aun resumida a los 2 947 caracteres del espacio que nos dan, conservará su medicinal efecto, porque para crear un Nuevo Ecuador debemos partir de lo que vemos y de cómo nos ven desde fuera.
Nos dice: Ecuador solo sirve para pasear; no para vivir y mucho menos para trabajar y hacer negocios. Ecuador tiene un cáncer social innato, arraigado en el ADN de sus habitantes: la desesperación por el dinero, “la ley del más vivo”, el ver a los extranjeros como fuente de ingresos de un solo uso. ¿Negocios limpios? Imposible.
Ecuador es un país prostituido, lleno de corrupción, de mentiras, de bajos instintos, sin conciencia ni remordimientos, donde con dinero puedes comprar jueces, fiscales y testigos; con reglamentos retrógrados como no usar celulares dentro de un banco; pero en el primer mundo hasta te reciben con una taza de café en la sala de espera.
Ecuador, donde un delincuente común pasa por encima de los Derechos Humanos y Civiles de un ciudadano, y el criminal es apoyado por órganos internacionales de DD.HH., mientras que el sistema ecuatoriano lo premia con abogados defensores gratuitos y pagados con impuestos de la víctima y la familia. ¡Qué ironía!
Ecuador, país de ciertos policías que, sin autorización de los superiores, se inventa operativos, batidas, redadas para extorsionar a los ciudadanos.
Ecuador prefiere ver a sus hijos durmiendo todo el día, en lugar de que hagan algo productivo, dado que no se inculca a los jóvenes ni la ética del trabajo ni valores profesionales, pues esto sería un abuso a menores. ¿Por qué? Por desconfianza y temores arraigados en los habitantes En países desarrollados, jóvenes de 15 a 17 años pueden trabajar para que, desde temprano, empiecen a entender lo que significa responsabilidad laboral.
¡Qué pena por Ecuador, ya que es un país muy bello! Lamentablemente, su gente no puede ni podrá tener la oportunidad de ver, palpar y aprender lo que es vivir en un país desarrollado, donde se respetan los Derechos Humanos, los de la Naturaleza, la justicia, honestidad, integridad y solidaridad. Así Ecuador no va a evolucionar nunca. No va a salir de la ignorancia y miseria: siempre quedará estancado en la mediocridad, a menos que haya un líder como el presidente de El Salvador que acabe con el cáncer social y renazca una nueva nación. Así de radical tendría que ser el cambio, pues la ley del más vivo comienza desde la señora del mercado hasta el presidente de la República.
Hasta aquí la periodista que juzga lo experimentado. La visión y el juicio del otro son buenos para cambiar conductas y diseñar el modo del cambio. Por esto resumí un juicio tan certero. Juan el Bautista decía. –“¡Raza de víboras! ¿Quién les enseñó a escapar del juicio inminente?”