Unasur ¿Solo Club de Presidentes?

Coincido con el Presidente Correa en que la destitución del Presidente Fernando Lugo, del 22 de junio de 2012, puede haber tenido la formalidad de “constitucionalidad”, pero aparece ilegítima, porque invocando la Constitución paraguaya, en 48 horas, la Cámara de Diputados de ese país, con 76 votos contra uno, lo acusó; y, el Senado lo juzgó, 39 votos contra cuatro, sin oportunidad de legítima defensa. Por número de acusadores y juzgadores –en el proceso político- la suerte de Lugo ya estaba decidida.

Calificar lo ilegítimo, no significa valorar a Lugo, gobernante errático, cuya falta de ética personal se evidenció porque abusó de su calidad de sacerdote y Obispo en su vida sexual, tuvo hijos que oportunamente no reconoció, sino cuando ya Presidente fue demandado.

Pero, si aquello es ilegítimo en Paraguay, ¿qué decir de las destituciones de Abdalá Bucaram y de Lucio Gutiérrez, en el Ecuador?

Bucaram fue cesado por el Congreso el 6 de febrero de 1997, por incapacidad mental, sin posibilidad de defensa, sólo con 44 votos, frente a 34 en contra y dos abstenciones.

En el enlace presidencial del sábado 23 de junio del 2012, Correa afirmó que la de Abdalá Bucaram fue legal pero ilegítima. “Uno de los políticos más nefastos que ha tenido la historia del país... por el daño que le hizo... pero hay que hablar la verdad…, Abdalá Bucaram, fue destituido acusándolo de insanidad mental... Fue formalmente legal eso, pero absolutamente ilegítimo”. Lo de “formalmente legal” podría cuestionarse. Y en lo de los ilícitos en el entorno de Bucaram, aquéllos podrían parecer travesuras, por cuantía y calidad, comparándolos con algunos del entorno de Correa.

Gutiérrez fue destituido por el Congreso, sin fórmula alguna de juicio político, el 20 de abril del 2005, por los votos de 62 de los 100 diputados, por supuesto abandono del cargo. Correa fue militante en las movilizaciones contra Gutiérrez y primer Ministro de Economía del posesionado Presidente Alfredo Palacio. Esa destitución ¿fue legal? ¿fue legítima?

El problema va más allá. La democracia y el derecho a la defensa no constituyen privilegio ni amparo sólo de Presidentes. En los tiempos de Correa y bajo su auspicio, abril del 2007, por resolución del Tribunal Supremo Electoral, con el voto decisorio del PRE de Bucaram, aquél a quien el sábado último calificó de “uno de los políticos más nefastos”, se destituyó–sin lugar a defensa alguna- a 57 diputados.

¿Y en la Función Judicial?, Cuando el gobernante está de por medio, los jueces actúan y deciden el mismo día que recién asumen la competencia. Los fiscales son “oportunos” para enfermarse y ausentarse cuando no hay argumentos o pruebas sostenibles. ¿Debido proceso?, ¡qué burla!

Ojalá Unasur no actúe como solo Club de Presidentes. La democracia no da patente de corso.

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