Entre las 12 acepciones que anota el Diccionario de la Real Academia Española para la palabra libertad, la 2 y la 5 reflejan muy bien nuestra realidad. 2) Estado o condición de quien no es esclavo. 5) Facultad que se disfruta en las naciones bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres.
El Presidente planteó hace poco convocar a una consulta popular para que sea el pueblo el que decida si se puede o no decir lo que nos da la gana en Twitter. Primero, no es adecuado convocar por todo a una consulta, cuesta platita, que parece escasa en esta época porque, si hubiera en abundancia, no sería necesario subir los impuestos prediales, el de la salida de capitales o despedir a funcionarios públicos a pocos días de la Navidad.
Todo indica que los recursos comienzan a escasear y las elecciones cuestan mucho dinero, los pobres preferirían que se les suba el bono o que no se eleve el costo de los alimentos. Las elecciones solo hacen felices a los políticos y a los que las ganan.
Twitter, no solo en Ecuador, llegó para quedarse porque es la herramienta perfecta para intercambiar ideas, estar informados de manera ágil, compartir experiencias, etc. Es la máxima demostración de libertad de expresión y pretender un freno es similar a detener el curso de un río con una pala de arena.
Twitter tiene 225 millones de usuarios, que envían 150 millones de tuits cada día, lo que significa 1 736 tuits por segundo. El récord de Twitter ha sido de 8 900 mensajes por segundo, con un promedio de extensión de 40 caracteres, pese a que el límite es de 140.
Esa es la realidad y hay que insistir en que el control lo tiene el usuario, si un mensaje le resulta impertinente tiene dos opciones: lo deja de seguir o lo bloquea, pero si ninguna de las dos le convence, cierre su cuenta.
Finalmente una acotación respecto al artículo anterior ‘Le pesará su libertinaje’. Es de la socióloga Francisca de la Torre (@fdelatorreb), una tuitera e investigadora de este fenómeno tecnológico, al que le dedica casi 24 horas diarias.
“Twitter no es una red social, es una herramienta de comunicación. La mayoría tiende a usar red social, pero en la medida que la interacción es limitada y no genera comunidades no lo es. A través de Twitter se difunden contenidos y es usada por las comunidades que forman redes interactivas, por tanto, es más bien un medio de comunicación social.
“En Twitter cada usuario llega solo, es decir, no por invitación, sugerencia o porque se va a relacionar con otros, por más que en el imaginario vaya con esa intención y si bien, eventualmente, puede interactuar con otros no establece una relación mutua, no se mueve en comunidad como sí pasa en Facebook y en otras herramientas sociales similares a las que, últimamente, se suma Google+”.