A la dolarización le atribuyen la tragedia de miles de compatriotas que migraron a España y la quiebra de miles de personas que perdieron sus ahorros. A partir de la dolarización la economía ecuatoriana ha mantenido una curva permanente de crecimiento, casi imperceptible, pero no hay caídas que implican la quiebra de sectores completos, como lo vivido ahora con el turismo.
En toda economía las crisis son cíclicas, no existe en el mundo una economía que crezca sin parar, ni siquiera las del primer mundo. En la burbuja inmobiliaria del 2012, millones de personas perdieron sus casas en los países desarrollados. El que solo tengamos la dolarización como la gran crisis que hizo sufrir a tanta gente, significa que evitó crisis posteriores.
Un día antes, el dólar estaba a 12 000 sucres, al día siguiente la economía se dolarizó con un dólar de 25 000 sucres. Quienes tenían grandes sumas de dinero en los bancos, perdieron más de la mitad de sus ahorros y dejaron de vivir de los intereses, que eran muy altos. Los bancos cobraban tasas de hasta el 80%. La gente con dinero no invertía en actividades productivas, preferían vivir lucrando de la banca. De haberse mantenido el Sucre, a los 5 años de la dolarización -en el 2005- un dólar ya habría llegado a 1 millón de sucres, adelantándonos 15 años a la actual tragedia de Venezuela. Al dolarizar, el interés que paga la banca bajó al 2%, por lo que es más rentable invertir el dinero en comercio o producción, lo que mejoró la economía y aumentó el empleo privado.
Muchos de los que migraron al inicio de la dolarización fue porque vinieron grupos de empresarios españoles y públicamente invitaban a trabajar en España. Partieron con empleo y luego llevaron a sus familias.
¿Quiénes se beneficiaron de la dolarización? Todos. Pasamos de una economía especulativa a una productiva, que impulsa el emprendimiento y el autoempleo. Dejamos de sufrir crisis económicas ante cada crisis política, que era la norma anterior. Literalmente la economía quedó blindada, por ello no hay otra gran crisis de la cual quejarse. Desaparecieron las devaluaciones anuales, que evaporaban los sueldos.
Aumentaron las Remesas, es decir el dinero que se inyecta a la economía y es enviado por los ecuatorianos desde el exterior, sea de España o desde otros países, porque siempre estamos migrando por diferentes motivos.
¿Qué sucedió con el turismo? Se democratizó. Era indignante ver que un extranjero venía a Ecuador y con 10 dólares diarios vivía como un rey, tenía acceso a muchos servicios con los cuales los ecuatorianos solo soñábamos, como hacer rafting, que era tan caro en moneda nacional que era imposible para nosotros. Ahora, la mayoría de ecuatorianos pueden acceder a la mayoría de servicios turísticos, pagando por supuesto, no gratis. A partir de la dolarización, los ecuatorianos nos convertimos en el cuarto emisor de turistas en Sudamérica, solo debajo de Brasil, Argentina y Colombia.