Guido Calderón
Turismo de las Amazonas
En la ciudad de Baños de Agua Santa, la vía principal de ingreso se llama: Avenida de las Amazonas y aún existe señalética que así lo indica.
Cuando Francisco de Orellana descubrió el famoso río en 1542, constataron con temor y mucha distancia de por medio, que desde las orillas, personas muy agresivas de pelo largo, les lanzaban flechas, por lo que no se hizo intención de acercarse a verificar su sexo; y en las férreas creencias de esa época, los españoles dijeron: -Mirad son la Amazonas, -personajes muy famosos de la mitología griega, que eran visualizadas como feroces mujeres diestras en el uso del arco y la flecha, que para facilitar su mortal uso, se extirpaban los senos para que no les incomoden al disparar sus saetas.
El nombre de las Amazonas quedó inmortalizado en los mapas de la época que señalaban el “Río de las Amazonas” de donde se tomó el nombre de toda esta mágica región conocida como “Amazonía” y de la cual Ecuador es parte y tiene entre sus ciudadanos a personas de culturas maravillosas y misteriosas.
Una fantástica región como la Amazonía, es uno de los destinos más deseados en todo el planeta y no existe ciudadano del mundo, que no sepa de su existencia y tenga una imagen idealizada de esta región, famosa por su biodiversidad y miles de atracciones; tanto por su fragilidad y los problemas que se agravan con su deforestación, como el calentamiento global y la invasión de sargazo en El Caribe, producto de los fertilizantes de los cultivos de soja, que son arrastrados por este río e inyectados en el océano Atlántico. Soja que consume la industria lechera de Europa.
Esta gigantesca fuente de vida bautizada originalmente en femenino, constituía un tributo a la feminidad que fue masculinizada a Río Amazonas, así como todas las calles y avenidas de Sudamérica que se llamaron así, siendo Baños de Agua Santa la única ciudad que aún conserva ese nombre original, y en su escudo dice “Puerta de EL DORADO” mítico lugar, motivo del viaje que originó este descubrimiento, que constituyó un homenaje a la feminidad de la selva amazónica, a la cual muchos poetas le han hecho canciones y alabanzas.