La política disruptiva que ha iniciado el Presidente de la primera potencia afectará a la economía mundial, pues impacta a las instituciones que ordenan el intercambio comercial y el valor de las monedas de los países concernidos. La fijación de los aranceles se acordó cuando se creó el Acuerdo General de Aranceles Aduaneros y Comercio, en la segunda posguerra del siglo pasado, que luego devino en la Organización Mundial de Comercio, a la que pertenecen EE.UU. y casi todos los países del mundo. Una de sus reglas básicas es que para modificar aranceles se debe cumplir con procedimientos y normas pactados y legisladas en esta Organización. Pero todo este orden mundial ha periclitado, sin remedio.
¿Cómo afectaría al Ecuador?
Si nos impone un arancel recíproco, a partir del 2 de abril, como Trump ha amenazado, los productos que exporta el Ecuador podrían pagar una nueva tarifa para ingresar al territorio de los EE.UU. ¿Cuál sería el nivel? Depende de si lo hace ítem por ítem o si aplica un promedio de lo que actualmente cobra el Ecuador a los productos que vienen de EE.UU., que se calcula en un 12%, aproximadamente. Si es a cada producto, individualmente considerado, está por verse si sería un arancel adicional al existente o un nuevo nivel. Los principales productos afectados serían los camarones, atún, flores, cacao, madera, productos agrícolas y todas las nuevas exportaciones, que se encarecerían frente a los similares del resto del mundo.
¿Qué hacer entonces?
Los nuevos aranceles tendrían que pagar los importadores estadounidenses, cuya alza trasladarían a los consumidores en su todo o en parte. Pero si pagan menos a los exportadores ecuatorianos, se afectaría a la principal fuente de la dolarización. Lo mejor sería una transacción justa, de modo que unos y otros paguen en forma equitativa.
Como es previsible que cunda la incertidumbre en el mundo, se debilitará el valor del dólar frente a las demás monedas, en cuyo caso el Ecuador podría exportar más recibir más dólares, lo que amortiguaría el impacto negativo de la subida de aranceles. Pero para sostener una dolarización auténtica, hay que mejorar la productividad, ser competitivos en cualquier escenario y, a la vez, diversificar el destino de nuestras exportaciones.
Las remesas de los inmigrantes
La persecución a los inmigrantes que aún no han legalizado su permanencia afectará sus ingresos y no podrán enviar remesas a sus familiares. Incluso los que son deportados a la fuerza no podrán traer sus enseres ni el dinero ahorrado. Entonces disminuirá la cantidad de dólares que el país recibe para gastos de consumo y la dolarización se debilitará.