Emociona ver a los 14 tranvías que operarán en el sistema del Tranvía Cuatro Ríos de Cuenca. Esos vehículos con el color característico de la capital azuaya están listos para rodar, pero la obra en general sigue retrasada.
En un mes más, la construcción -que comenzó en noviembre del 2 013- cumplirá tres años; inicialmente se había ofrecido su inauguración para el 2 014. La falta de financiamiento para culminar el 20% de los trabajos pendientes es uno de los problemas que le impide avanzar. Hay otros reveses más.
El tranvía cuencano es un proyecto, que en el 2 012 fue anunciado y presentado como una solución de transporte masivo de la ciudad por el alcalde de ese entonces, Paúl Grande, del movimiento político oficialista.
En ese mismo año, el mismo presidente Rafael Correa anunció todo su respaldo a la obra en la sesión de aniversario de la Independencia de Cuenca. De hecho lo hizo, porque el Gobierno dio USD 147 millones de los 231 millones, que cuesta el proyecto.
Dos años después, el 13 de agosto, Correa señaló que personalmente se involucró en el proyecto y que por eso se estudió un sistema eléctrico no contaminante. “Se consideró que es mejor que la gente llegue al Centro Histórico en tranvía y no en buses”, declaró en ese entonces.
El anhelo del Mandatario de que el tranvía de 22 kilómetros de ruta (ida y vuelta) funcionara en el 2014 se quedó en eso. Ese deseo pudiera hacerse realidad si el Presidente se apersonara más del proyecto y se ganaría fácilmente aplausos, agradecimientos y, tal vez, hasta los votos de los cuencanos.
Los habitantes del Centro Histórico y de otras zonas quedarían más que satisfechos, porque son los más perjudicados con el cierre de las calles y los trabajos paralizados que han hecho caer las ventas de sus negocios.
Cuenca podría estrenar su gran obra, tan importante para mejorar la movilidad de la ciudad, como fue la oferta de campaña electoral del exalcalde Granda. En la actualidad se prevé concluir la obra en mayo del 2017.