Transgénicos

Mother Jones es una conocida revista de Estados Unidos que, desde hace décadas, realiza investigaciones sobre temas polémicos. Se define como una organización independiente especializada en temas políticos y sociales. Hace lo que en ese país se conoce –y se practica– como periodismo alternativo.

En estos días publicó una nota a propósito de la opacidad en la propuesta sobre políticas agrarias del candidato a la Presidencia Mitt Romney, aunque anticipa que seguramente se alineará con la lógica de los agronegocios. Esto se explicaría por el estrecho vínculo que, desde los años 70, Romney mantiene con la gigantesca transnacional Monsanto, líder mundial en la producción de transgénicos. Según la publicación, eran los años en que se empezaron a investigar y desarrollar los organismos genéticamente modificados. En su calidad de joven consultor, Romney habría jugado un importante papel en orientar a la transnacional a abandonar el alicaído sector de la industria química, para pasarse al prometedor negocio de los productos agrícolas.

Lo sorprendente de la nota de marras es que, de acuerdo con una investigación paralela, el candidato consume alimentos orgánicos en la privacidad de su avión de campaña; hasta los ingredientes de sus platos favoritos (mantequilla de maní y sánduches de miel) son orgánicos. Por si esto no fuera suficiente, en el año 2002 su esposa admitió haber introducido entre sus hábitos domésticos medicina holística y terapias alternativas, lo cual incluye el consumo intensivo de alimentos orgánicos.

Como dirían los abuelitos, en casa de herrero… cuchillo de palo. O como la célebre historia del propietario de una destilería que, cuando en una reunión privada le ofrecieron un trago de su propia empresa, respondió categóricamente: ¡ni loco: yo sé perfectamente bien cómo se fabrica esa pendejada!

El tema viene a colación a propósito de la intención del Gobierno de dar marcha atrás en los contenidos constitucionales que declaran al Ecuador libre de cultivos y semillas transgénicas (artículo 401 de la Constitución). En este caso, ni siquiera se toman en cuenta los wikileaks en los que la Embajada norteamericana informa sobre el cabildeo realizado por representantes de los agronegocios para incluir la excepción constitucional, aquella a la que hoy apela el Presidente para cuestionar la prohibición constitucional. He ahí una evidente muestra de doble discurso legitimado por las urgencias del poder.

Lo que queda en claro es que esta decisión, de darse, no solo promoverá los intereses más duros de los grupos económicos “imperialistas” a los que se dice combatir, sino que se alinearía con los sectores políticos más retrógrados de Estados Unidos, ambos representados precisamente por Mitt Romney.

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