Columnista invitado
Ante la elevada sensibilidad del Presidente de Colombia, demostrada tras el sismo, cuando dijo que no tendría problema si el Ecuador “renuncia” a ser sede para los diálogos de paz con la guerrilla del ELN; el Ecuador desestimó la sutil insinuación, para que reflexionara sobre las implicaciones que acarrearía a un país que siendo vecino, es al mismo tiempo sede de los diálogos con el ELN.
Una de las comprobaciones del hecho fue la declaración del Ministro de Defensa, cuando a propósito de la protesta en defensa del Issfa, acusó que entre los militares retirados había “agentes de la CIA y traidores de Angostura”.
El infortunio causado a los promotores de la Coordinadora Continental Bolivariana organizada en Quito, demuestra no haber sido superado.
Particularmente porque, para la época de la referencia no les dejaron articular a las fuerzas revolucionarias reunidas, y así concretar su estrategia de emancipar a Latinoamérica y alcanzar la patria grande, propósito no extraño a Raúl Reyes desde su destacamento clandestino inexplicado.
Sin embargo, la legítima aspiración ecuatoriana, es poseer una política exterior que se ejerza en función de la seguridad y de los intereses nacionales para con el esfuerzo colectivo preservar la paz, pero dando prioridad a la integridad y bienestar de los ecuatorianos según el aclamado Plan de Buen Vivir, históricamente conocido como bienestar común.
Y es que la seguridad de los Estados aumenta con las relaciones de cooperación y decrece con las relaciones conflictivas. Por lo tanto, si bien se establecen gabinetes binacionales para la cooperación, es incoherente prestarse para las negociaciones de paz. La simpatía demostrada con grupos revolucionarios, despierta antagonismos indeseables de otros grupos inmersos en la solución del conflicto.
Por lo tanto, según el Canciller, cuando dice que el Ecuador está listo para los diálogos, no considera que hay disidentes de las FARC que han fortalecido al ELN, que hay grupos armados Organizados GAO, ( antes Bacrim), Paramilitares contrarios a la paz, paros armados en Colombia y personal secuestrado, factores que alimentan el conflicto y que son imposibles de soslayar cuando se tiene dificultades fronterizas, aunque se quiera engañar que se ha blindado la frontera.
La expansión y desbordamiento no depende únicamente del ELN, para centrase en el diálogo con el Gobierno de Colombia.
El amigo de mi amigo es mi amigo, es un paradigma primitivo que no puede servir para la determinación de la política exterior. Tampoco las FF.AA. del Ecuador son revolucionarias, según se demostró al develar la agenda oculta y enfrentar como consecuencia un escarnio desleal, (EL COMERCIO, 27/11/2014). El Ecuador posee unas FF.AA. profesionales, más cohesionadas que nunca.