Tortuga y poste

En tres años los honorables asambleístas de la República han consumido (no invertido), más de 500 000 dólares en viajes al exterior. Nadie sabe qué beneficio ha generado al país estos periplos interoceánicos, o los efectuados dentro de nuestro continente. Solo se palpa que medio millón de dólares han sido para uso exclusivo de algunos turistas que dicen laboran en la Asamblea Nacional. Ellos, los asambleístas, descansan, no solo por salir de Ecuador y hacer tours pagados por terceros (incluidos los ecuatorianos), sino que también vacacionan al alejarse de los arrebatos de ira y odio del que sabemos.

Esos miles de dólares bien pudieron ser empleados en mejorar escuelas, o en programas de desarrollo de la agricultura y ganadería, ya que el futuro de Ecuador se encontrará en su población alfabeta y en la producción de alimentos. No en viajes de gente que se ha destacado por su sumisión y don de servicio al amo… usted ya se imagina a quien.

De los periplos alrededor del mundo, la mayoría han sido efectuados por los asambleístas de Alianza País, es decir, una forma de premiar a quienes cumplen sin analizar las órdenes emanadas desde Carondelet. Y para mayor crecimiento del ego de los turistas gubernamentales asignados en la Asamblea, en alguna ocasión se les permite trasladarse en la nave presidencial, total se puede hacer lo que se venga en gana con los bienes públicos, ya que nadie fiscaliza, menos los empleados a los que controla el Poder Ejecutivo.

Esto me ha hecho acuerdo a un correo electrónico en el cual se sostiene que los asambleístas son como una tortuga sobre un poste. ¿Cuál es la analogía, se puede preguntar usted gentil lector? Primero, usted no entenderá cómo muchos de nuestros asambleístas llegaron a la Asamblea (igual que la tortuga al poste). Segundo, es casi imposible creer que varios de esos especímenes de la raza humana se encuentren ahí (lo mismo pasaría con la tortuga encaramada en un poste). Tercero, esa gente llegó porque alguien la puso allí (cualquier coincidencia con lo hecho por el emperador es eso, coincidencia). Cuarto, es un hecho que esos no deberían estar en la Asamblea (igual que la tortuga al tope de un poste). Quinto, es una certeza que mientras sean asambleístas, nada útil harán en beneficio del país (la tortuga al tope de un poste, tampoco).

La conclusión es que el pueblo se equivocó al elegir a la mayoría de sus asambleístas. Hay que intentar que en lo posterior no se designen representantes viajeros que se trepan en un poste. Ya basta de ser engañados por políticos de nueva generación que han invadido el país con teorías y prácticas ajenas al buen gobierno de una nación.

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