Recientemente se produjo lo que informa este Diario en su edición de 22 de octubre próximo pasado: “La explosión de la bomba en La Pradera, en el norte de Quito, buscaba amedrentar. Así lo reveló ayer un policía del Escuadrón Antibombas del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), tras analizar la detonación del jueves en el aparcamiento de una firma de abogados”.
Este suceso no es aislado. El Escuadrón de Policía identificado como Grupo de Intervención y Rescate, en este año 2011 ha registrado nueve atentados similares usando bomba explosiva. Además, reporta de tres a cuatro amenazas de bomba al mes. El oficial de Policía deduce: “Claramente es un delito, pues están atentando contra la vida y la seguridad de una persona”…. “con el atentado del jueves en la firma de abogados en Quito suman nueve los ataques con explosivos que se han registrado este año a escala nacional”. (De ellos, tres fueron de consideración).
Desprevenidos, casi sin darnos cuenta está avanzando el terrorismo en nuestro querido Ecuador. Los asaltos y robos a mano armada ya son hechos de todos los días. La actuación de bandas delincuenciales ya no causa pavor. El homicidio y el asesinato han sentado reales, incluyendo al que hoy califican de “sicariato”, que en nuestro Código Penal ya está previsto desde 1872, hoy en el art. 450 que contempla el asesinato “Por precio o promesa remuneratoria”; así como el asesinato “Por un medio cualquiera capaz de causar grandes estragos”. Concretando más, desde el art. 156 en adelante el Código vigente introduce un capítulo intitulado “De los delitos de sabotaje y terrorismo”, a base del cual se pretende sancionar la paralización de servicios públicos; y que abarca numerosos casos, entre ellos la guerrilla, las pandillas, comandos, grupos terroristas, montoneras o alguna otra forma similar, armados o no,…“pretextando fines patrióticos, sociales, económicos, políticos, religiosos, revolucionarios”… y una serie de formas que, en el breve espacio de la nota, es imposible mencionarlos.
El terrorismo es un medio para dominar mediante el terror; incluye actos de violencia y maldad ejecutados para amedrentar a ciertos sectores sociales o a una población determinada o para desorganizar una estructura económica, social y política, según definición de la Enciclopedia de Derecho Usual del Dr. Guillermo Cabanellas. Mientras el homicidio, el asesinato y sus semejantes son actos contra persona determinada, al terrorista que lanza una bomba explosiva en lugar ocupado por personas, no le interesa individualidades sino la muerte y el destrozo, caiga quien caiga, pero básicamente la persona a quien desean eliminar.
Si en nuestro Ecuador fracasamos en evitar el crecimiento del terrorismo, en tiempo próximo sus habitantes deberemos sufrir duras consecuencias y penurias.