El domingo 27 de junio del 2010, en conversatorio en Gamavisión, el presidente Correa señaló que el texto de la Ley de Educación Superior debía seguir el ejemplo de la Universidad de California, que es eficiente porque “la preside el Gobernador de California”, por lo que rechazaba que en el Ecuador se cuestione que el Ejecutivo, vía órganos de gobierno del sistema universitario y del organismo de aseguramiento de la calidad de instituciones, carreras y programas, ejerza la rectoría la Universidad ecuatoriana.
Por coincidencia, hoy es gobernador de California Arnold Schwarzenegger, físico culturista Mr. Europa y Mr. Universo, por varias ocasiones, y protagonista de la película Terminator -año 1984- inicio de una serie de filmes del mismo nombre. El 7 de octubre del 2003 fue elegido Gobernador con el 48% de los votos de los sufragantes y reelecto el 7 de noviembre del 2006, con el 56% de los votos, lo que le convierte en uno de los gobernadores de los Estados de la Unión más votados, condición que siempre invoca Correa al autodeclararse legitimado para imponer su voluntad.
La valía de la Universidad de California, ¿será por el gobernador del Estado, Arnold Schwarzenegger o por cualquier otro? Falso.
De no ser Correa quien afirma que la calidad de la Universidad en referencia se debe a su subordinación al Gobernador del Estado, debería preguntarse ¿cuál fue el estúpido que dijo aquello?
Explicamos: la Universidad de California no es una institución, sino el sistema universitario de ese Estado -similar a lo que se define “la universidad ecuatoriana”. En ese sistema hay múltiples instituciones. Su primer plantel es la Universidad de Berkeley, fundada en 1868. Supera el millón de alumnos -algo más del doble de quienes cursan educación superior en el Ecuador -y su Presupuesto anual excede a los USD 10 000 millones- más de 20 veces del total de financiamiento de la educación superior en el Ecuador. Pero la mentira presidencial -o su ignorancia- es la supuesta dependencia o subordinación respecto al Gobernador de California. Lo que existe es el Consejo de Regencia de 18 regentes, cuyo nombramiento legaliza el Gobernador, designados para 12 años, mediante un severo proceso de calificación -en los EE.UU., la mayoría de las designaciones son previa audiencia pública- que fija las líneas de gobierno, no gobierna el sistema- y un estudiante de designación anual.
El Gobernador del Estado y otros funcionarios son miembros ex oficio, sin competencia específica.
No hay sistema ni universidad que merezca respeto cuyo gobierno dependa del dedazo presidencial, cual quiere Correa en el Ecuador. En dictaduras fascistas, la universidad ecuatoriana lo rechazó. A Velasco Ibarra, a inicios de los setenta, se le desacató la ley que intentaba someterla.