Lolo Echeverría

No termina el enredo político

La autorización para enjuiciar al presidente Guillermo Lasso, aprobada en la Corte Constitucional, no resuelve el enredo político. Los correístas ya tienen el juicio político que no querían; Iza ya tiene la decisión que exigía bajo amenaza; los socialcristianos dicen triunfantes: querían juicio político, pues ya lo tienen.

Si hay un acuerdo entre Correa y Lasso, sólo ellos lo saben; los demás sospechan. La libertad de los suyos parece el precio para Correa y ya lo ha cobrado; ahora le corresponde a Lasso cobrar su precio que es continuar en el poder. Todavía puede caerse este tortuoso juicio político.

Los jueces más conservadores recomendaron no dar paso al juicio, los más progresistas han aceptado el juicio pero por una sola de las acusaciones: la contratación de buques para el transporte de crudo, asunto ya examinado por Contraloría y cuya responsabilidad corresponde más a los gobiernos anteriores. Al juicio le han arrancado las uñas y los dientes antes de ponerlo en manos de la Comisión de Fiscalización.

El presidente de la Comisión, Fernando Villavicencio, cree que la Corte Constitucional ha dejado sin piso al proceso al retirar dos de las tres acusaciones y revela que una de las acusadoras, Mireya Pazmiño, recomendó en un informe oficial, mantener los contratos que ahora son materia del juicio político. También adelantó que no aceptará los audios del escándalo en las redes y medios digitales.

El presidente Lasso hizo un ensayo de su defensa con la bandera nacional como escenario y en presencia de su esposa y representantes del pueblo ecuatoriano porque cree que es un caso débil en lo jurídico, antidemocrático en lo político y en lo personal un ataque mafioso para enlodar su nombre.

El reacción de los mercados como consecuencia del juicio político se expresó en la caída de los bonos 2035, de 53 centavos a 35 centavos. En la economía se verán pronto las repercusiones, especialmente en dificultades para acceder a créditos internacionales.