En diciembre se dieron a conocer los resultados para 2018 del Programa Internacional de Evaluación de Alumnos de la OCDE (PISA por su acrónimo en inglés). Las pruebas versaron sobre lectura, matemáticas y ciencias. Participaron 78 países entre los cuales México, Honduras, Costa Rica, Panamá, Dominicana y seis de los diez sudamericanos. Ecuador, Venezuela, Paraguay y Bolivia se abstuvieron.
Primera conclusión: las autoridades, conociendo la mala calidad de la educación nacional, no quisieron pasar vergüenza, recibiendo una pisa y disputando el último lugar con Dominicana. Hicieron mal. Al menos los dominicanos saben dónde se encuentran; un primer paso para superarse.
Los sudamericanos estuvieron todos en la mitad de abajo de la tabla: de Chile en 46 a Argentina 68. Los resultados fueron particularmente bajos en matemáticas, en la que el mejor sudamericano fue Uruguay 58.
No hay relación entre calidad y gasto público en educación. China, que ocupa el primer lugar, destina 1,9% del PIB a la educación, según el Banco Mundial, y Singapur que la sigue 2,9%. Estonia y Finlandia, los europeos de mejores resultados, 5.2% y 6,9%, respectivamente: la inversión en educación de los asiáticos es más productiva.
El gasto de los sudamericanos es superior al de los asiáticos y similar a los europeos, pero con resultados muy inferiores. Brasil destina a la educación pública el 6,2% del PIB, similar a Finlandia; Finlandia clasifica 10, y Brasil cerca de la cola con 66. Argentina y Gran Bretaña ambos destinan 5,5% del PIB, pero Argentina es 68 y el Reino Unido 14. El caso de Costa Rica es particularmente escandaloso. Destina a educación pública 7.4% del PIB, nivel casi escandinavo, pero califica 58 en PISA.
Ecuador, por Constitución, incrementa todos los años la relación gasto público en educación a PIB, como si la solución fuera gastar más, y no mejor. Ecuador destina 5,0% del PIB a educación pública, igual que EE.UU. y ligeramente más que Uruguay, que comparte con Chile los mejores resultados en la región. Pero ni siquiera nos atrevimos a medirnos.
Hoy, Ecuador puede aspirar a mejorar su nivel de vida haciendo el entorno más propicio para el desarrollo de la agroindustria y turismo, y atrayendo inversión en petróleo y minería. Pero una vez logrado eso, si quiere seguir avanzando, requiere incursionar en actividades para las que sería indispensable contar con colaboradores con un mejor nivel, desde ingenieros y científicos a obreros.
El mejor uso de la inversión pública en educación, es un reto para toda Latinoamérica: Chile que lidera en educación no supera la etapa de las materias primas. El Ecuador preparó a los jóvenes futbolistas y quedó tercero en el mundial sub-20. ¿No habría que cambiar el modelo educativo, capacitemos maestros, para calificar bien en un próximo PISA?