Esta vez parece que la prueba Ser Bachiller tiembla y se cuartea por varios flancos. Estudiantes, familias, políticos y medios de comunicación, han puesto el grito en el cielo. El punto más atacado ha sido la filtración de las pruebas. Un punto reñido con la ética que tiene beneficiarios -las pruebas se venden- y compradores compulsivos que se están jugando el futuro. Un problema agudo, pero no el único… Hagamos un sobrevuelo al menos sobre 4 graves problemáticas.
La denuncia de filtración no es nueva. Ha aparecido en casi todas las pruebas. Autoridades del Ineval -que incorporaron varias seguridades- afirman que el fraude ocurre a nivel de territorios y han presentado el caso a Fiscalía. No hay más remedio que emprender una auditoría fulminante. Que desnude todos los espacios y momentos sensibles del proceso. E identifique y castigue a los culpables. Con todo, el futuro se presenta oscuro porque las pruebas han perdido credibilidad. Cualquier recuperación demandará tiempo.
Una segunda problemática, que también ha levantado polvareda, es la aplicación de una prueba que examina temas no estudiados por los estudiantes. Ineval ha explicado que no inventa preguntas, que ellas se generan en el currículo y en los estándares del Ministerio. El problema sin embargo, es más peliagudo… el currículo del que hablan es en realidad el currículo prescrito, que tiene distancias significativas con el currículo real, el que verdaderamente se imparte. Problema estructural.
Otro vacío relevante es la limitación de cupos de las Universidades. Tienen sus techos, según la institución y la carrera. Precisan establecer algún tipo de selección, a más de las pruebas de ingreso que aplican. Los cupos han aumentado con modalidades en línea, pero no cubren la demanda. Menos en un país persuadido que el único camino de realización profesional y personal es la universidad. Otro problema estructural. Otro guiño a favor de los estudios técnicos no universitarios.
Finalmente, una cuarta reflexión tiene que ver con la estandarización de las pruebas. Pruebas iguales para colectivos diferentes. Igualismo en lugar de condiciones equitativas. Un tema de debate en todas partes del mundo. Un fenómeno que parece extender y sacralizar las inequidades y borrar del mapa las diferencias culturales en este país que alardea su multiculturalidad.
Filtraciones, currículo prescrito y real, límite de cupos, estandarización, 4 nudos críticos imposibles de desmadejar sin tocar temas estructurales. En estos días han surgido voces a favor de declarar la educación en emergencia. Si esto prospera es preciso contar con una agenda mínima de cambios estructurales, entre ellos el Ser Bachiller y el Ser Maestro. La evaluación de la evaluación -planteada hace varios años desde la sociedad civil- no admite dilaciones.