En 1736 llegó a la Real Audiencia de Quito el grupo de sabios franceses que tenían como objetivo establecer si la tierra era achatada en los polos o en la línea ecuatorial. Hicieron miles de mediciones y finalmente demostraron la validez de la primera hipótesis. Y lo curioso es que la principal medición que hicieron fue la longitud de la planicie de Tababela, donde ahora está el polémico nuevo aeropuerto internacional de la ciudad Quito.
Lo que tenían que hacer los sabios franceses era medir la distancia entre dos puntos, luego establecer la latitud y longitud de esos puntos y, de esa manera, calcular el tamaño de un grado. Sabiendo el tamaño de un grado, es muy fácil calcular el tamaño de la circunferencia completa.
El objetivo fue medir la distancia entre Cochasquí, al norte de Quito, y Tarqui, al sur de Cuenca. La tarea suena sencilla, pero con la tecnología disponible a comienzos del siglo XVIII era una labor titánica. La solución fue ubicar puntos en toda la Sierra (desde Quito hasta Cuenca) y dibujar triángulos usando esos puntos como vértices. En total dibujaron 30 triángulos adyacentes y con infinita paciencia establecieron los ángulos de cada vértice.
Para establecer esos ángulos, los geodésicos tuvieron que subirse a las montañas, esperar que el clima se despeje, lograr ver claramente los otros dos vértices de cada triángulo y establecer con precisión la posición relativa de cada uno.
Pero para medir la distancia necesitaban la longitud de un lado de un triángulo y eso implicaba medir “a mano” un tramo relativamente largo. Por eso decidieron hacer esa medición en una de las planicies más largas que encontraron, en la planicie de Oyambaro, hoy más conocida como Tababela.
Hicieron una pirámide a cada extremo de la planicie y manualmente, con una “toesa” traída de Francia midieron la distancia. La toesa era una vieja medida de longitud que equivalía a casi dos metros actuales. Los sabios habían traído de su país de origen una vara con la medida oficial de la toesa y eso es lo que usaron para medir Oyambaro.
Luego, con un par de cálculos trigonométricos, pudieron establecer la distancia entre Cochasquí y Tarqui y, por lo tanto, el tamaño de un grado en la línea ecuatorial. Ese cálculo, sumado al que hicieron otros geodésicos en la actual Finlandia, permitió demostrar que la tierra es achatada en los polos. Y Tababela fue la base de todo eso.
Pero hubo más. Años después, la Asamblea Nacional Francesa propuso la creación de una medida de longitud estándar, basada en el tamaño del planeta. De ahí nació el metro, que es equivalente a la circunferencia de la tierra dividida para 40 millones. Y la medida de la circunferencia se basó, en parte, en los cálculos de los geodésicos que a su vez iniciaron su labor midiendo Tababela.
Y el aeropuerto está ahí no sólo por coincidencia: en la Sierra hay muy pocas planicies tan largas.