Columnista invitado
El presidente Rafael Correa ha amenazado revisar los sueldos de los militares. Sobre el tema vale la pena hacer un poco de historia.
En octubre de 2003, en el gobierno del presidente Lucio Gutiérrez, el Congreso aprobó la Ley de Servicio Civil, Carrera Administrativa y Homologación Salarial (Loscca). Según esta norma, el objetivo era “frenar los excesos de la burocracia dorada y mejorar la situación de una mayoría de servidores públicos que reciben modestas remuneraciones”. No obstante haberse aprobado, esta ley no estaba financiada, es decir que esas buenas intenciones quedaron en el papel.
En junio del 2006, el presidente Alfredo Palacio ordenó al Ministro de Economía acatar la Ley de Homologación Salarial que no se había cumplido en el Gobierno anterior. La disposición era que en un plazo de 5 años se implemente la homologación de salarios a las Fuerzas Armadas. En ese año correspondería un incremento del 10% de las diferencias existentes entre los valores que percibían los militares y los correspondientes a las escalas referenciales de la Loscca y, la diferencia se debía prorratear en partes iguales entre el 2007 y 2010.
Una de las consideraciones de esta ley era: “Las remuneraciones del personal de las Fuerzas Armadas han sufrido un rezago significativo respecto del resto de servidores públicos a los que se aplica el régimen establecido en la Loscca”.
El presidente Correa continuó con el cumplimiento de la ley. Dispuso que la homologación concluyera el año 2009; es decir, un año antes de lo previsto; por desgracia se excluyó a 4 grados (2 de oficiales y 2 de suboficiales). Esta exclusión se sumó a los detonantes de los sucesos del 30-S.
En conclusión, en el gobierno del presidente Gutiérrez se decretó la homologación salarial de los militares pero dicho decreto no se dio cumplimiento, se lo aprobó sin el debido financiamiento.
En el gobierno del presidente Palacio se estableció el procedimiento de cómo se debía cumplir la Ley de Homologación Salarial, iniciando con el 10% en su mandato y el saldo debía completarse hasta el año 2010.
En nuestro país, los presidentes hacen alarde del cumplimiento de las leyes, los ciudadanos tenemos que aplaudirles y agradecerles “por tan singular gesto”.
En el caso de la homologación salarial de los militares, el presidente Correa lo que ha hecho es cumplir con la ley que la retomó y continuó con el procedimiento que había establecido el presidente Palacio.
Las remuneraciones de los uniformados no se deben ni a la generosidad ni al cariño que supuestamente les tiene a los militares el presidente Correa, sino al fiel cumplimiento de la ley.