El fútbol acapara los titulares, pero no me refiero a que el Ecuador se ubica segundo en la tabla en que los cuatro primeros califican directamente al Mundial. Pero hay similitudes.
Como en el fútbol, años atrás el Ecuador era colista en la región en el pago de impuestos. Hoy estaría peleando la calificación directa al mundial de recaudación tributaria.
La Cepal publicó datos de recaudación tributaria para 2011 en relación al tamaño de la economía, lo que se llama presión tributaria.
Los países de mayor presión tributaria son de largo Argentina, Brasil y Uruguay, tradicionales potencias futbolísticas.
El Ecuador recauda 20,1% del PIB, superior en 1 punto al promedio de Latinoamérica, ligeramente tras Bolivia (22,2%) y Chile (20,2%), pero muy por encima de nuestros vecinos Colombia y Perú. A la cola está México con 11,4%.
Más relevante es el aumento reciente en la presión tributaria. Los incrementos de 2010 a 2011 para Argentina (de 19,9% a 34,9%) y Brasil (de 25,0% a 34,8%) llevan a pensar que Cepal habría corregido errores del estudio anterior. Igual cosa con Costa Rica (de 13,6% a 22,0%).
Dejemos esos tres de lado y veamos cuánto aumenta la presión tributaria del resto. Tomemos como base 2006, ya que nos interesa evaluar el incremento bajo la férula de Rafael Correa y la dirección técnica de Carlos Marx Carrasco.
No es sorpresa. De los 16 países restantes, el Ecuador es el que más aumentó la presión tributaria: 6,2 puntos, de 13,9% a 20,1% .
El incremento es más del doble del que sigue: Paraguay, 3,0 puntos de 13,1% a 16,1%. Bien Paraguay, pero en presión tributaria también le damos 4-1.
Recaudación de impuestos es una de las cosas en que Rafael Correa no emuló a su recientemente desaparecido mentor Hugo Chávez. En esos seis años bajo el chavismo la presión tributaria cayó 3,9 puntos a 12,5%, la penúltima presión tributaria de la región.
¿A qué se debe que México y Venezuela tengan la menor presión tributaria de América Latina? Al petróleo. La actividad petrolera es parte importante de la producción nacional, y abulta el PIB. Pero los abundantes ingresos que genera no son contabilizados como impuestos, sino como utilidades de empresas estatales o participación estatal de la producción privada. El petróleo no aporta al numerador (los ingresos) pero sí y fuertemente al denominador (el tamaño de la economía).
Pero, preguntará usted lector, ¿acaso no es ese el caso del Ecuador? Así es. Por lo que más mérito para las autoridades tributarias (y más pesada la cruz del contribuyente) que la presión tributaria sea tan alta a pesar de tener una gran industria petrolera que aporta fuertes ingresos fiscales que no se computan como impuestos.
Seguimos escalando posiciones; en 2012, con el alza en el ISD; en 2013, con los impuestos a la banca.