¿Saben los lectores qué se define como sofismas? Son argumentaciones por las que se intenta demostrar que lo que es falso o pernicioso es verdad o conveniente. Yo tuve -en el Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, en quinto curso, a fines de los años cincuenta del siglo XX- de profesor de Lógica a Gil Barragán Romero, fallecido en Quito el 6 de octubre del 2018, destacado hombre público. Con él estudiamos a los grandes pensadores de la humanidad, lo que luego se continuaba con los estudios de filosofía. En nuestros días vivimos un entorno de sofismas, algunos los llaman “medias verdades” y con audacia “post verdades”. El diccionario inglés Oxford expresó el 2016 que la expresión “post – truth” (post verdad) marca la conducta de los políticos y de los negocios. Nuestros ciudadanos de la calle no rebuscan expresiones para hablar, a aquello lo califican de “cuentos”.
Semanas atrás toqué el tema del dragado para el Río Guayas. Puede haber las mejores intenciones del mando naval -no necesariamente de otros-. Cuando conocí de la supuesta oferta de financiamiento de la draga a usarse, percibí el riesgo de que sea cuento; y, cuando el propio mando naval conversó conmigo, lo verifiqué, a más de que quien representaba al supuesto consorcio proveedor del financiamiento tenía antecedentes de indicios de estafa y otras infracciones. Preferible para todos será que la Contraloría haga un examen especial.
Usar a la Fuerza Naval para decir que se cumple una oferta, o que la Armada tome definiciones sobre supuestos no verificados, no sería ético.
¿Se acuerdan que en el Correato, días antes de la primera vuelta presidencial del 2017, el Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología, Ph.D René Ramírez, anunció la mega fábrica de vehículos eléctricos en Yachay? Siempre fue cuento.
Hay profesionales con la titulación de maestrías o de Ph.D que merecen todo respeto -ahora mismo tenemos a la Ministra del Interior, María Paula Romo- pero también hay ciertos titulados de post grado, que aun cuando los títulos sean ciertos en su expedición, en su formación parecen cuento.
Siendo el sector público mal deudor, no sólo por no pagar sino porque traba la emisión de las facturas que le permitieran a proveedores de este sector proveerse de fondos por la vía de crédito, para muchos no hay explicación cuando se ha ofrecido un tren playero en la Región Litoral, el reciente 9 de octubre del 2018.
La idea del Tren es encantadora, en los años de los cuarenta se comenzó a construir el ferrocarril desde Guayaquil a la Península de Santa Elena. La reciente oferta ¿en qué se sustenta?, ¿cómo va a financiarse? Yo creo que Lenín Moreno va a dar respuestas honestas, por eso formulo las preguntas.
lroldos@elcomercio.org